viernes, 28 de mayo de 2010

POEMAS DE IKKU SOJUN (1394-1481)



Poemas de Ikku Sojun (1394-1481)

Traducción de Aurelio Asiain


No les hablamos
de la ley a las flores
de primavera,
pero caen y se esparcen
y regresan al polvo.


Vine a nacer
en un mundo de sueños,
igual que un sueño.
Qué descanso, extinguirse,
lo mismo que el rocío.


Sigue escribiendo
las profundas cuestiones
en que te duermes.
Cuando al fin te despiertes,
tú también te habrás ido.


Nota: agradezco a Aurelio Asiain la autorización para reproducir su traducción y les invito a visitar su blog “Margen del yodo” en la sección “Blogs que sigo”.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Noticia literaria Pilar Alberdi


En el IV Premio Orola de Vivencias, ha sido seleccionada una de mis Vivencias (especie de microrrelatos) de título El Espectáculo. Para aquellos que estén interesados en participar en próximos años, podrán ver publicados los textos ganadores y seleccionados de esta convocatoria en el blog dedicado al desarrollo del IV Premio Orola de Vivencias En esta página también pueden conocer quién es el periodista Orola,y la sección tituladas Vivencias que publicaba en el Diario Vasco(San Sebastián, España). De las 1.822 Vivencias recibidas, el libro recogerá: "150 Vivencias y 150 Autores" y aparecerá publicado en octubre de 2010.

sábado, 22 de mayo de 2010

MÚSICA Y LITERATURA


Fotos y texto: Pilar Alberdi

Para Charo y su familia, con cariño.

Traigo a colación este tema porque he pasado una velada maravillosa escuchando música del grupo Tempo de Cámara, en la sede de la Sociedad Filarmónica de Málaga, edificio que hoy regenta la Fundación Unicaja a través de su obra social, y que en sus tiempos fuera antiguo convento de San Francisco, Sociedad de Conciertos Clásicos, Conservatorio de Música, y más tarde Real Conservatorio de Música María Cristina. Circula la anécdota de que en este lugar Picasso fue bautizado con champán tras unas exitosas exposiciones de sus obras. No muy lejos de este sitio, está su casa natal y el museo que lleva su nombre, ambos pueden visitarse; y muy cerca se está trabajando en la reconstrucción de un edifico que será la sede de la Colección Thissen. A un paso, las calles del centro, con la emblemática calle Larios, la plaza de la Constitución, la sombreada Alameda con sus puestos de venta de flores. Y el mar, siempre el mar de Málaga y su paseo botánico y sus viejas fortificaciones.

Mientras esperaba la llegada de mi acompañante frente al que fuera antiguo Conservatorio de Música, una gaviota como un crucero blanco en mitad de lo alto del techo y bajo un cielo azul con apenas nubes, llamaba la atención de los paseantes con su presencia y sus chillidos. Me encontraba a un paso de la emblemática y popular calle Carretería. Y no es extraño ver revolotear gaviotas por la zona, pues el puerto, en el centro de Málaga, está a un paso, y allí no faltan los grandes barcos que arrojan a la ciudad bocanadas de turistas (casi cuatro millones al año), y la presencia de buques que hacen la ruta diaria a Melilla.

Si alguien me preguntase a mí qué se necesita para aprender a escribir literatura, entre otras muchas cosas, diría: oír música, y, en especial, música clásica.

Pero antes de extenderme en el tema diré que el conjunto de músicos que formaban Tempo de Cámara hizo las delicias del público.
En el escenario:

David Santacecilia (Violín)
Ainhoa Uribelarrea (Violonchelo)
Laura Fernández (Clarinete)
Pedro Pablo Espada (Trompa)
Tito García González (Piano)

Una persona, un instrumento.

Tempo de Cámara inició sus actuaciones en el año 2008. Sus integrantes son jóvenes profesores de conservatorio. Previamente formaron parte de grupos como Dhamar y Factum, ofreciendo recitales en distintos puntos del país y del mundo como Alemania, República Checa, Argentina, México, Portugal. Sus grabaciones musicales suelen oírse en Radio Clásica de Radio Nacional de España. Recientemente, el grupo ha sido seleccionados para participar en el ciclo “Clásica en domingo” del Auditorio de Tres Cantos (Madrid), y para la próxima temporada del Auditorio Nacional de Música de Madrid, esto, además de todos los conciertos que ya tienen concertados en salas y conservatorios y su participación en festivales.

Cinco personas, un solo pensamiento.
Cinco instrumentos, un grupo de cámara.

Tempo de Cámara ofreció obras de C. Reineck (1824-1910), F. Schubert (1797-1828) y Z. Fibich (1850-1900). Sinceramente lo digo, pudimos imaginar los paisajes que las notas parecían describir: el sonido del viento, las fuerzas de las ramas moviéndose en el bosque, las gotas del agua cayendo, el discurrir de un río entre las piedras... No sé qué habrán imaginado los demás.¡Cuánta delicadeza y fuerza! ¡Cuánto dolor y alegría! ¡Qué diferentes sentimientos según qué melodía! Poesía y vida... En fin, uno escuchaba lo que somos, uno y el mundo, aquello de lo que formamos parte, esta humanidad, a veces, tan poco humana.

Literatura y música, sí, porque toda composición sea musical o literaria, tiene un fondo y una forma, y están hechas de emociones.

Los grandes compositores, cuando sentían que habían alcanzado su obra magna, les parecía que habían tocado el techo del mundo conocido... Algo así como un estar ante la presencia divina. Alguien los había visto tal como eran... Alguien les había prestado atención... Cada uno lo sintió a su manera: Beethoven, ya sordo, con la Novena Sinfonía; el joven Mozart, desquiciado y en la ruina, con su Requiem; Händel, anciano, pobre y enfermo, con El Mesias, de la que jamás quiso cobrar dinero, pues le parecía que casi le habían dictado la obra...
El propio artista se sorprende de lo que logra. Primero lo ansía, y cuando lo consigue, duda.
En realidad, las belleza y la profundidad con la que seres especiales pueden expresar su talento, no es más que lo que queda después de tanto dolor, de tanta búsqueda, de tanto esfuerzo...

¿Qué cuentan las obras musicales? Cuentan historias... Pequeñas y grandes. Transmiten emociones porque están hechas de esa materia. Y la emoción es aquello que sentimos cuando somos nosotros mismos, cuando de verdad estamos en la realidad de lo que el mundo es y somos nosotros. La emoción es un idioma universal. Quizá, lo que mejor nos identifica. Y el sonido de las notas lo hace sin un discurso concreto, sin una imagen precisa, más que la de ver a los músicos, esforzándose por sacar los mejor de sus instrumentos, por ser una unidad con estos y con sus compañeros. Vemos los pequeños detalles, la búsqueda de tono antes del comienzo, una mirada de complicidad frente a un nuevo movimiento, la satisfacción ante el éxito que como en esta ocasión hizo estallar en aplausos al público que llenaba las más de trescientas butacas de la sala de la Sociedad Filarmónica de Málaga.

Porque la música igual que la literatura habla de lo que es la vida: esa especie de miniclimas, repeticiones, pequeñas muertes y renacimientos cotidianos Y nos da una experiencia plena, con sentido, hecha de tonos bajos que mantienen la base de la composición, de fuga de notas que se unen y se separan. ¿Y qué otra cuestión es la literatura, sino esa tensión de los elementos, esa yuxtaposición de la trama principal y las secundarias intentando llegar al final, permitiendo contener y expresar las emociones?

El concierto de Tempo de Cámara fue el 21 de la temporada 2009-2010, y la sesión, la número 2.280 desde que se constituyera la Sociedad.
La cita es los martes, jueves y algunas veces los sábados en la sala antes indicada. A quienes no han probado la experiencia de ver un concierto de cámara en directo se lo recomiendo, la sala es acogedora, tiene murales de artistas como Sixto Cappa, Martínez de la Vega, Nogales Sevilla, y sorprende por un clasicismo propio del siglo XIX, tras su remodelación. Aún puede imaginar uno, el paso por la sala de figuras como Linz, Kempf, Goyarre, Sarasate, Rubinstein, Albeniz... Y muchos más.
Pueden ver la programación en: http://sociedadfilarmonnicademalaga.com

miércoles, 19 de mayo de 2010

UN POEMA




NO LO DERRIBEN LOS SIGLOS

Pilar Alberdi

En el tiempo de los dioses
éramos dos gotas.
Dos anunciaciones.
La vacilación del deseo.
El beso, insinuándose,
en otro beso.
No teníamos tristezas,
ni mentía nuestra sombra.
Venían de otra época, los días.
Las neblinas, de montes azules.
Los abrazos, de ríos impetuosos.
Se abstinaban nuestros ojos
en levantar un templo;
de nuestro amor, memoria.
Luego yo escribí aquello:
"Sólo un hombre amé
que fue verdad".
Y lo sostuve en el tiempo
sobre invisibles fronstispicios,
para las generaciones futuras.
No lo derriben los siglos.


(El poema forma parte del libro El pórtico de la luz. Primera edición en papel, 1995. Segunda edición en ebook, 2010)

sábado, 8 de mayo de 2010

II CONCURSO DE RELATOS «LA MALETA DEL TÍO PACO»


¿Se animan a venir a Málaga? Un fin de semana en una casa rural, este es el premio del II Concurso de relatos La maleta del tío Paco. Y, además, seguro que harás nuevos amigos.
Convoca este premio Rosa Nogales, escritora y artesana, la autora de los preciosos buhos pintados en piedra que acompañan esta nota. Apresúrate porque ya van quedando menos días para el envío de tus trabajos.
Las bases completas las encontrarás en el siguiente enlace:Chamba rural
Y si quieres ver otras creaciones de Rosa, las encontrarás en: Todo lo que hago yo

miércoles, 5 de mayo de 2010

EL ARTE DE ESCRIBIR CUENTOS -La naturaleza como recurso-



Texto y foto: Pilar Alberdi

Chejov y sus cuentos. Seguramente no era premeditado en él, sino inconsciente el saber encontrar en la naturaleza ejemplos que muestren lo que estaban viviendo los personajes de sus obras.
En el cuento La Desgracia, la protagonista, Sofía Petrovna, está casada con un notario. Quiere ser feliz en este matrimonio, pero no lo es. Un vecino le declara su amor. Ella jura fidelidad a su esposo y a su hija, pero igual se siente desgraciada y tentada por lo que el vecino y ella misma están sintiendo. Pide a su marido hacer un viaje juntos, y éste le contesta que él no tiene tiempo, no puede abandonar sus tareas, le dice que vaya sola. Entonces la situación en que ella se encuentra y se debate (la de la fidelidad hacia su esposo o la de la aceptación de alguien que le quiere dar su amor) se expresa en un abejorro que zumbando, da golpes contra el cristal de la ventana, en su intento de buscar la libertad.
Otro ejemplo lo encontramos en Gente difícil. Un relato trágico de tensión y maltrato familiar donde la crueldad psicológica del padre sobre la esposa y los hijos es evidente. Cuando el primogénito se marcha, Chejov hace que veamos a través de la mirada del muchacho, cómo las cabezas de los girasoles tienen las cabezas inclinadas sobre la tierra, y las pocas hierbas que han sobrevivido al invierno están sucias de barro a causa de la lluvia y la nieve.
En el cuento La grosella es la lluvia la que golpeando los cristales de la ventana, nos hablará de la tristeza y el llanto contenido del protagonista.
Otro autor que utiliza este recurso tanto para resaltar los aspectos positivos como los negativos es John Cheever. Con el viento, la lluvia, los relámpagos, las sensaciones de calor, frío y humedad acentúa las sensaciones y situaciones.
Sin duda, uno escribe desde la posición que se encuentra en la vida, no sólo la individual, familiar o social; también lo hace desde su forma de estar en el mundo, en el sentido de percibirlo. De ahí que podemos hablar de personas más auditivas, visuales... Hasta completar la utilización de todos los sentidos.
Esta observación puede trasladarse a los escritores. La señora Rowling, por ejemplo, utiliza en el primer libro de la serie de Harry Potter, acotaciones auditivas. Indican el grado en que se dicen las cosas. Y, es evidente, que siendo los niños personas que constantemente están recibiendo órdenes, sugerencias, relatos de cómo es la vida, el componente auditivo es fundamental en sus vidas. En contraposición tenemos a Salinger quien nos ofrece en sus acotaciones aquello que no se dice con palabras y que en psicología se considera el 80% de la comunicación y que estaría marcado por la actitud, el tono, el silencio, etc.
Cuando se enriquece nuestra percepción del mundo también se enriquecen nuestros textos. Creo que es algo que debemos tener siempre en cuenta. Cierto es, que a veces lo conseguimos y otras no.