
Fotos y texto: Pilar Alberdi
Para Charo y su familia, con cariño.
Traigo a colación este tema porque he pasado una velada maravillosa escuchando música del grupo
Tempo de Cámara, en la sede de la Sociedad Filarmónica de Málaga, edificio que hoy regenta la Fundación Unicaja a través de su obra social, y que en sus tiempos fuera antiguo convento de San Francisco, Sociedad de Conciertos Clásicos, Conservatorio de Música, y más tarde Real Conservatorio de Música María Cristina. Circula la anécdota de que en este lugar Picasso fue bautizado con champán tras unas exitosas exposiciones de sus obras. No muy lejos de este sitio, está su casa natal y el museo que lleva su nombre, ambos pueden visitarse; y muy cerca se está trabajando en la reconstrucción de un edifico que será la sede de la Colección Thissen. A un paso, las calles del centro, con la emblemática calle Larios, la plaza de la Constitución, la sombreada Alameda con sus puestos de venta de flores. Y el mar, siempre el mar de Málaga y su paseo botánico y sus viejas fortificaciones.
Mientras esperaba la llegada de mi acompañante frente al que fuera antiguo Conservatorio de Música, una gaviota como un crucero blanco en mitad de lo alto del techo y bajo un cielo azul con apenas nubes, llamaba la atención de los paseantes con su presencia y sus chillidos. Me encontraba a un paso de la emblemática y popular calle Carretería. Y no es extraño ver revolotear gaviotas por la zona, pues el puerto, en el centro de Málaga, está a un paso, y allí no faltan los grandes barcos que arrojan a la ciudad bocanadas de turistas (casi cuatro millones al año), y la presencia de buques que hacen la ruta diaria a Melilla.
Si alguien me preguntase a mí qué se necesita para aprender a escribir literatura, entre otras muchas cosas, diría: oír música, y, en especial, música clásica.
Pero antes de extenderme en el tema diré que el conjunto de músicos que formaban
Tempo de Cámara hizo las delicias del público.
En el escenario:

David Santacecilia (Violín)
Ainhoa Uribelarrea (Violonchelo)
Laura Fernández (Clarinete)
Pedro Pablo Espada (Trompa)
Tito García González (Piano)
Una persona, un instrumento.
Tempo de Cámara inició sus actuaciones en el año 2008. Sus integrantes son jóvenes profesores de conservatorio. Previamente formaron parte de grupos como Dhamar y Factum, ofreciendo recitales en distintos puntos del país y del mundo como Alemania, República Checa, Argentina, México, Portugal. Sus grabaciones musicales suelen oírse en Radio Clásica de Radio Nacional de España. Recientemente, el grupo ha sido seleccionados para participar en el ciclo “Clásica en domingo” del Auditorio de Tres Cantos (Madrid), y para la próxima temporada del Auditorio Nacional de Música de Madrid, esto, además de todos los conciertos que ya tienen concertados en salas y conservatorios y su participación en festivales.
Cinco personas, un solo pensamiento.
Cinco instrumentos, un grupo de cámara.
Tempo de Cámara ofreció obras de C. Reineck (1824-1910), F. Schubert (1797-1828) y Z. Fibich (1850-1900). Sinceramente lo digo, pudimos imaginar los paisajes que las notas parecían describir: el sonido del viento, las fuerzas de las ramas moviéndose en el bosque, las gotas del agua cayendo, el discurrir de un río entre las piedras... No sé qué habrán imaginado los demás.¡Cuánta delicadeza y fuerza! ¡Cuánto dolor y alegría! ¡Qué diferentes sentimientos según qué melodía! Poesía y vida... En fin, uno escuchaba lo que somos, uno y el mundo, aquello de lo que formamos parte, esta humanidad, a veces, tan poco humana.
Literatura y música, sí, porque toda composición sea musical o literaria, tiene un fondo y una forma, y están hechas de emociones.
Los grandes compositores, cuando sentían que habían alcanzado su obra magna, les parecía que habían tocado el techo del mundo conocido... Algo así como un estar ante la presencia divina. Alguien los había visto tal como eran... Alguien les había prestado atención... Cada uno lo sintió a su manera: Beethoven, ya sordo, con la Novena Sinfonía; el joven Mozart, desquiciado y en la ruina, con su Requiem; Händel, anciano, pobre y enfermo, con El Mesias, de la que jamás quiso cobrar dinero, pues le parecía que casi le habían dictado la obra...
El propio artista se sorprende de lo que logra. Primero lo ansía, y cuando lo consigue, duda.
En realidad, las belleza y la profundidad con la que seres especiales pueden expresar su talento, no es más que lo que queda después de tanto dolor, de tanta búsqueda, de tanto esfuerzo...

¿Qué cuentan las obras musicales? Cuentan historias... Pequeñas y grandes. Transmiten emociones porque están hechas de esa materia. Y la emoción es aquello que sentimos cuando somos nosotros mismos, cuando de verdad estamos en la realidad de lo que el mundo es y somos nosotros. La emoción es un idioma universal. Quizá, lo que mejor nos identifica. Y el sonido de las notas lo hace sin un discurso concreto, sin una imagen precisa, más que la de ver a los músicos, esforzándose por sacar los mejor de sus instrumentos, por ser una unidad con estos y con sus compañeros. Vemos los pequeños detalles, la búsqueda de tono antes del comienzo, una mirada de complicidad frente a un nuevo movimiento, la satisfacción ante el éxito que como en esta ocasión hizo estallar en aplausos al público que llenaba las más de trescientas butacas de la sala de la Sociedad Filarmónica de Málaga.
Porque la música igual que la literatura habla de lo que es la vida: esa especie de miniclimas, repeticiones, pequeñas muertes y renacimientos cotidianos Y nos da una experiencia plena, con sentido, hecha de tonos bajos que mantienen la base de la composición, de fuga de notas que se unen y se separan. ¿Y qué otra cuestión es la literatura, sino esa tensión de los elementos, esa yuxtaposición de la trama principal y las secundarias intentando llegar al final, permitiendo contener y expresar las emociones?
El concierto de
Tempo de Cámara fue el 21 de la temporada 2009-2010, y la sesión, la número 2.280 desde que se constituyera la Sociedad.
La cita es los martes, jueves y algunas veces los sábados en la sala antes indicada. A quienes no han probado la experiencia de ver un concierto de cámara en directo se lo recomiendo, la sala es acogedora, tiene murales de artistas como Sixto Cappa, Martínez de la Vega, Nogales Sevilla, y sorprende por un clasicismo propio del siglo XIX, tras su remodelación. Aún puede imaginar uno, el paso por la sala de figuras como Linz, Kempf, Goyarre, Sarasate, Rubinstein, Albeniz... Y muchos más.
Pueden ver la programación en: http://sociedadfilarmonnicademalaga.com