jueves, 25 de agosto de 2011

MUSEO CARMEN THYSSEN MÁLAGA



Por: Pilar Alberdi

Me gustan los museos. Me encanta estar ante esas imágenes que nos devuelven la vida del pasado. Las que nos acercan al presente, a las vanguardias, esos artistas a los que no siempre tenemos acceso, y que descubrimos tarde.

Cuando vivía en Madrid acudía seguido a ver el museo del Prado, el Thyssen, el Reina Sofía... La Casa-museo de Joaquín Sorolla... ¡Todavía recuerdo la emoción cuando llegó el Guernica! ¡Qué deleite cuando se realizó por primera vez en Madrid una antológica de Dali! ¡Cuánto tiempo pasamos haciendo aquella larga cola sin importarnos el frío!

Y ahora es Málaga quien sorprende a propios y extraños con museos como el dedicado a Picasso, y el recién inaugurado Museo Carmen Thyssen Málaga.

Una vez acabadas esas largas colas de espera que se formaban los primeros días después de la inauguración, gracias al deseo por ver arte y a la expectación de su apertura, ahora, el renovado Palacio de Villalón, un edificio del siglo XVI, situado en el centro histórico de Málaga, recoge en sus amplias salas una exposición permanente con la presencia de algunas obras de maestros antiguos como Zurbarán y su Santa Marina, y pintores del siglo XIX y XX que abarcan desde el paisajismo romántico y costumbrista al preciosismo y la pintura naturalista, llegando hasta el impresionismo, el cubismo y el resto de tendencias vigentes hasta bien entrado el siglo XX.

Títulos de cuadros como los que les voy a indicar a continuación nos hablan del paisajismo y costumbrismo andaluz y nos permiten hacernos una idea de cómo fue aquella época, en la que como ahora no faltan tiestos con geranios y claveles en los patios andaluces, ni canarios que alegren el paso del sol sobre patios y aljibes: Jaleando a la puerta del cortijo, En la feria de Sevilla de Manuel Cabral Aguado; El cante de la moza, La salida de la Plaza, La reyerta, Un borracho en un mesón de Ángel María Cortellini; Un baile de gitanos de Alfred Debrodenca; Un baile para el señor cura de Juan García Ramos; La fuente de Reding de Guillermo Gómez Gil;Cortejo español de José García Ramos;Vendedoras de rosquillas en un rincón de Sevilla de Manuel Wssel de Guimbarde; Recién casados de Ricardo López Cabrera; Niños del coro de José Gallegos y Arnosa; Llegada al teatro en una noche de máscaras de Eugenio Lucas Villaamil; Invierno en Andalucía de Emilio Sánchez-Perrier... Puedo asegurar que para los que vivimos aquí, la visión de estas imágenes suponen un feliz encuentro con el arte de la tierra.

Cuéntense entre los principales aportes de esta exposición no sólo a autores volcados en mostrar Andalucía, sino a algunos de los más importantes representantes del preciosismo y la pintura naturalista como: Marià Fortuny, José Benlliure, Raimundo de Madrazo, José Moreno Carbonero, Emilio Sala, Carlos de Haes, Martín Rico Ortega, Emilio Sánchez-Perrier, Aureliano de Beruete, Joaquín Sorolla, Darío de Regoyos, Julio Romero de Torres.

Por su parte la colección La tradición moderna que incluye obras de Monet, Matisse, Braque, Dufy, Guillaumin, Denis, Sérusier, Loiseau, Bernard, entre otros, circunstancia decidida personalmente por Carmen Thyssen para permitir ver dentro del recorrido de la muestra, las posibles influencias y las relaciones entre los artistas extranjeros y los nacionales como Picasso, Juan Gris, Miró, Santiago Rusiñol, Joaquín Sorolla, Ramón Casas y otros. Entre las obras que recuerdo de autores que viven hasta bien entrado el siglo XX, destacaré algunos cuadros que me llamaron la atención como La puerta del sol de Enrique Martínez Cubell, Corrida de toros en Eibar de Ignacio Zuloaga y Zabaleta, Paisaje al atardecer con dantzaris de Valentín de Zubiaurre; Interior al aire libre de Ramón Casas i Carbo, La cruz de término de Santiago Rusiñol i Prats... Junto a los cuadros de estos artistas, destaca una escultura realizada en cristal, metacrilato y acero de Manuel Hernández Mompó.


Sumen ustedes a los nombres anteriormente citados obras de Delaunay, Lam, Klein, Palencia o Morandi, entre otros, y obtendrán la seguridad de que harán un excelente recorrido por lo mejor del arte moderno.

Sinceramente, si viven aquí o pasan por Málaga, no duden en hacer una visita al Museo Carmen Thyssen Málaga. Si lo desean pueden sacar entradas con anticipación y enterarse con tiempo de los horarios y días en que permanece abierto. Aquí les dejo el enlace a la web del museo.

sábado, 20 de agosto de 2011

DESGRACIA de J. M. Coetzee



Por: Pilar Alberdi

Acabo de leer esta novela y al terminarla sentí que la vida era tal cual. Deja un hondo sabor amargo, pero también un sentido de plenitud.
El escritor J. M. Coetzee, al que le fue concedido el Premio Nobel de Literatura en 2003, explica muy bien el sentimiento de lo qué es llegar a la madurez: ese pasar desapercibido a los ojos de los demás, especialmente de las mujeres. A sus 52 años le quedan dos recursos para solucionar lo que él llama: «el problema sexual»: por un lado la compañía de alguna señorita «exótica», previo pago; o alguna «cara bonita», entre las alumnas que acuden a sus clases, encandilándolas con su autoridad y su poder sobre el reparto de notas.
Con dos matrimonios fracasados a su espalda, su segunda esposa sigue siendo esa confidente y amiga, a la que de vez en cuando recurre. También tiene una hija de su primer matrimonio, con quien la relación se ha mantenido distante. La chica tienen una granja en el campo.
Escrita en tercera persona, el narrador que nos cuenta la historia, es al mismo tiempo la conciencia del protagonista, el profesor David Lurie quien ejerce de profesor universitario para ganarse la vida, pero también, como él mismo dice para ser humilde, para comprender qué lugar ocupa en el mundo, aunque como veremos en la obra, para que la humildad llegue a la personalidad de Louri tendrá que pasar por un largo calvario en el que sus ideas se vuelvan más flexibles después de ver cómo es afectada su vida, la de su hija, y la nueva sociedad de la que forman parte después del aparthaid que durante tantos años vivió Sudáfrica.
La edición es de Mondadori.

Nota: con el mismo título de la novela, Desgracia, hay una película dirigida por Steve Jacobs y protagonizada por John Malkovich y Jessica Haines.

lunes, 8 de agosto de 2011

CINCUENTA CUENTOS BREVES



Por: Pilar Alberdi


Cincuenta cuentos breves, así se titula el libro que la editorial Cátedra publicó el pasado mes de abril.
El prólogo es de Luis Mateo Díez, miembro de la Real Academia, quien comienza diciendo: «Los buenos cuentos siempre acaban en manos de los buenos lectores de cuentos».Después, alaba la tarea de los antólogos, una edición de Miguel Díez R. y Paz Taboada con la colaboración de Blanca Ballester, quienes recogieron cincuenta cuentos breves de autores europeos y americanos de los siglos XIX y XX, dando preferencia a los autores que escriben en español, y como cierre al año 2000.Todas las explicaciones referentes a sus decisiones se encuentran en la introducción y en un apéndice final donde se detallan las circunstancias de la gestación de cada cuento, así como noticias adicionales sobre los autores.
Volver a releer cuentos como Vanka de Antón Chejov (Rusia, 1860-1904), La tortura de la esperanza de Philppe-Auguste Villiers de l'Isle-Adam (Francia, 1838-1889), Ley de vida de Jack London (Estados Unidos, 1876-1916), La casa de muñecas de Khaterine Mansfield ha sido un verdadero placer literario pese a los dramáticos hechos que recogen las historias.Así La carta del pequeño Vanka nunca llegará a destino; el rabí Aser Abarbanel no podrá huir de los inqusidores; y el viejo indio Koskoosh no será salvado del trágico final que le espera.
A estos cuentos siguió la lectura de otros. Entre los que desconocía, destaco por simple preferencia personal que acaso cambie en una próxima lectura: El águila y el pastor de Gabriel Miró (España, 1879-1930), El retrato de Alfonso Rodríguez Castelao (España, 1886-1950), Espuma y nada más de Hernando Téllez (Colombia, 1908-1966), No oyes ladrar a los perros de Juan Rulfo (México, 1917-1986), Dientes, polvora, febrero de Rafael Sánchez Ferlosio (España, 1927) y La puerta cerrada de Edmundo Paz Soldán (Bolivia, 1967)...
¿De qué tratan estos cuentos? Del drama que es la vida, de las esperanzas fallidas.
Se los recomiendo.