viernes, 30 de diciembre de 2011

MÁS RESEÑAS "ISLA DE NAM"













Reseñas en Ciao! (Gemma Sancho), Tejiendo críticas a la sombra, Revista Ocio Zero, El diablo me dijo, El poder de las letras, Libros que hay que leer. Puedes leerlas en el blog de Isla de Nam

jueves, 29 de diciembre de 2011

DESAFÍO 25 AUTORES ESPAÑOLES



Queridos amigos: en el blog LIBROS QUE HAY QUE LEER se ha propuesto la lectura de 25 libros de autores hispanos durante el transcurso del año 2012. Me he apuntado y espero cumplir. Da alegría ver la buena labor de tantas personas en favor de los autores hispanoamericanos. Por mi parte, también continuaré con mis habituales reseñas de libros de autores extranjeros.

martes, 27 de diciembre de 2011

"ALGÚN DEMONIO" DE ALEJANDRO HERNÁNDEZ




Por: Pilar Alberdi

Frente a "la aburridísima igualdad" de tantas novelas que se presentan como trhiller o policíacas, da gusto leer una novela como esta, Algún demonio de Alejandro Hernández, donde seguimos las pistas de una serie de asesinatos sin que exista el o la inspectora de turno, y el ayudante más o menos inteligente que su jefe. No dudo en señalar que, salvados esos clásicos a los que una siempre vuelve con fervor literario, ésta es una de las mejores novelas que he leído últimamente. La estructura dividida en dos partes es interesante, inesperada. Es como un volver a empezar para seguir ampliando; y cuando llegamos al final de la historia, como sabemos más que algunos de los personajes, podemos seguir imaginando qué pasará después; nos preguntaremos si continuarán en la inocencia o si, de algún modo, descubrirán la verdad. Sentimos pena, sin duda, porque sabemos que la vida, tantas veces, es así. Al terminar el libro tuve el mismo sentimiento de aprensión que cuando acabé El extranjero de Camus. Ese difícil universo en que se puede amar y ser inmensamente frío y cruel al mismo tiempo. Esa profundidad psicólogica que hace despertar al lector, que le hace preguntarse por los temas importantes de la vida, y qué invoca lo social en cada individuo.

Es una novela que se lee rápido, gracias a su estilo. Pondré aquí un ejemplo. Pero encontrarán un anticipo de la obra en la página de la editorial Salto de Página. (Enlace que les apuntaré al final).
«Enrico Castells muerto. Tendido boca abajo, con la cabeza abierta de un plumazo y cuatro litros de sangre desperdigados por su cara, por sus brazos, por la arena sucia de la playa sucia. Lo encontró un cederista, Miembro de los Comites de Defensa de la Revolución, organización de vigilancia de barrios) que llevaba cuarenta años en la revolución pa' lo que sea Fidel, pa' lo que sea. Primero le buscó el rostro para ver si era un vecino. Luego se fijó en las botas, y como no las había visto en ninguna tienda pensó: un extranjero».

Estamos en una tierra ligada a una ideología que sumió a la patria cubana en un pensamiento común pero llegan nuevos tiempos de apertura. («Porque ahora el que quiere se va»).Por la otra punta de ese hilo, ha caído el Muro de Berlín y la antigua URSS y también China ven llegar el capitalismo, la libertad de movimiento para sus ciudadanos, las salidas al extranjero sin controles especiales, y también la violencia, el robo, el asesinato, acaso por unos pocos dólares, que pueden solucionarle la vida a alguien en un momento determinado.Cuando falta «moral institucional» hay quien «prefiere no saber» por más organismos que se metan a investigar, porque siempre alguno puede tener más poder que otro, y, a lo mejor, aún las peores cosas se pueden solucionar por lo bajo, porque la corrupción y también el deseo de hacer méritos ante los superiores está por todas partes. No en vano «el camino de la prosperidad estaba plagado de irregularidades», se «saca el dinerito para pagar el teléfono que le alquila su vecino, y la leche en polvo que alguien roba de Maternidad Obrera». Y , paradojas del destino, la religiosidad ha vuelto a hacerse visible, ya no sólo se rinde tributo a Marti, Cienfuegos, el Che...: «Era ya diciembre y las iglesias empezaban a llenarse. Las más famosas, las de la zona vieja y las del Vedado». Todo esto lo hemos vivido de lejos, pero encontrarlo tan vivo en esta obra nos sorprende.

Si el argumento de esta novela es la vida en Cuba y en ciudades como la Habana dentro de un régimen político que inicia su apertura, el tema es la violencia soterrada que surge inesperadamente con el avance o la amenaza de ese mismo capitalismo devorador que puede acabar con los privilegios de unos y de otros. Mientras se nos muestra qué hacen los personajes principales (Sara, Rubén, Tito...) para sobrevivir, también se nos regala la visión sobre muchísimos personajes secundarios que hacen también su vida, con el ansia de llegar a ser «cuentapropistas», es decir aquellos que trabajan por su cuenta, pese a estar en medio de funcionarios corruptos. («Demasiadas guayaberas, perfumes de importación y Montecristo number five. “Dirigentes” piensa»). También les ha llegado el acceso a Internet, pero en cuenta gotas...Quien trabaja en un organismo oficial acabará usando su e-mail con el fin de que otros le escriban. Y muchos de los cubanos que un día se fueron, pueden regresar a la isla a poner al día la foto de sus recuerdos como antes lo hacían los privilegiados turistas («los turistas son así, toman fotos de todas partes y creen que están descubriendo el mundo»). Los tiempos cambian. No necesariamente para mejor o sí. Pero lo que está claro es que cambian y que aquel que se adapte sobrevivirá y aquel que se deprima le pasará el futuro por encima.


La Havana, es una ciudad con viejos carros (Cadillac, Chevrolet, Ford, Dodge...), con guaguas y camellos (camiones adaptados para el transporte público que siempre van saturados de gente). También es una ciudad dónde las relaciones amorosas, están presentes. Las personas «templan» (hacen el amor). El «capital erótico» de una mujer o un hombre joven están en alza, allí como en todas partes, frente a la decadencia natural de los cuerpos. Hay hombres con muchos divorcios a la espalda, y mujeres que aceptan mal que se las abandone cuando han llegado a la edad madura. Desgraciadamente con la violencia también han aparecido bandas de hombres que raptan a mujeres para abusar de ellas en grupo. Y está, esa otra violencia soterrada, esos recuerdos, en muchos casos terribles, de guerras que sucedieron lejos (Angola, Etiopia...) y en las que participaron jóvenes cubanos, que ya empiezan a ser hombres maduros.

No sólo sentimos a Cuba en esta novela, sino que, por aquí y por allá,se nos facilitan esos datos que forman parte del conocimiento general, hechos diarios, por todos conocidos como la explosión del «Challanger en las pantallas de los televisores», que es a fin de cuentas en donde las personas ven «la realidad» que se les permite ver, y aparecen marcas comerciales de productos (bebidas, ropa de moda, perfumes)que pueden comprarse en el mercado negro. Además de citarse a entidades o locales (instituciones, hoteles, bares) de la ciudad.

Una novela fiel a la realidad que pretende contar, esta de Alejandro Hernández. Una novela que sorprende al acercarnos esa vida y esa muerte que son la base de todos los pueblos, pero también al mostrarnos cómo la historia a través de la política condiciona nuestras vidas.

Nota: "la aburridísima igualdad" (E. M. Forsters)


SINOPSIS

Un asesino de turistas enamorado de su vecina, un expresidiario que busca prosperar, un tenor que ameniza velorios, una mujer intentando salvar a su prima americana, millonaria y alcohólica. Esta es una novela trenzada con distintas historias de gente común en circunstancias únicas, irrepetibles. Las que existen en la Cuba de hoy.

Algún demonio entra en la intimidad de sus personajes y muestra sus esperanzas, sus miedos, sus actos, a veces brutales, a veces maravillosos. Pero que todos intentan mantener a salvo de la mirada ajena, de los focos que iluminan cada resquicio moral. Allí, en la sombra, existe un mundo gestado a puertas cerradas, al margen de la política, las consignas o la ideología. Es el mundo real.

EL AUTOR

Alejandro Hernández nació en la Habana en 1970. Es escritor y guionista. A los diecicocho años sirvió como soldado en la guerra de Angola, donde escribió para periódicos militares y fue mecánico de la fuerza aérea. De vuelta a Cuba se licenció en Lengua Inglesa e inicio estudios de cine en la Escuela Internacional de San Antonio de los Baños. En 1996 publicó su primera novela, La milla, en Cuba y Estados Unidos. Desde el año 2000 reside en España, donde ha escrito cuatro largometrajes y ha trabajado con directores como Mariano Barroso, Manuel Martín Cuenca o Benito Zambrano. Algún demonio es su segunda novela.

Ver anticipo de la novela Algún demonio de Alejandro Hernández en el siguiente enlace a la editorial Salto de Página. Buscar en Ccatálago: Colección Púrpura.

martes, 20 de diciembre de 2011

"LA MIRADA CÍNICA" de AMBROSE BIERCE



Por: Pilar Alberdi

Hay pequeñas joyas de la literatura y esta obra es una de ellas porque nos permite conocer a la persona que vivió bajo el nombre de Ambrose Bierce (1842-1913).
La editorial Sequitur nos ofrece bajo el título La mirada cínica, los epigramas del autor en donde se refleja su manera de sentir el mundo.
En su excelente introducción, Miguel Catalán, ahonda en este aspecto, diciendo: «El carácter humano y la personalidad literaria de Ambrose Bierce han merecido multitud de epítetos: ácido, amargo (primero fue calificado de Fun Bierce, luego de Bitter Bierce), cáustico, realista, sádico, lúcido, pesimista, satírico, aventurero, misántropo, rebelde, nihilista, sardónico... pero quizá el que mejor pudiera resumirlo es el de cínico». Sin embargo estas palabras no quedarían completas sin poner en el otro lado de la balanza, la contrapartida. Escribe Miguel Catalán con gran acierto, que «Esta antología de Bierce parte de textos breves y claros. Y es que, como sabían los antiguos, el lenguaje de la verdad es sencillo: Veritatis simplex oratio est. Frente a las alambicadas explicaciones, los recursos al misterio y a los arcanos que no deben inquirirse (frente a la complejidad del engaño), la verdad es más bien sencilla y breve. Si el cínico da siempre una impresión poco académica es porque prefiere la intensidad de los epigramas a la complejidad de los tratados».
Como fue tan peculiar en todo, Ambrose Bierce desapareció camino de la frontera de México dispuesto a enredarse en aquella guerra. Y se sabe que llegó a Ciudad Juárez, tomada por Pancho Villa. El resto es leyenda.La carta de despedida que dejó escrita y que se cita en el prólogo de este libro es representativa de su pensamiento, y no podemos terminar de leerla sin una sonrisa.
En el momento de elegir algunos epigramas para esta reseña tomo conciencia de que con cada relectura los elegiría distintos, y que mis preferencias varían de día en día. Por lo tanto, intentaré dejar una pequeña muestra. Cuatro o cinco epigramas que alcanzarán para mostrar lo que podrán encontrar en esta obra. En ellos están sus filias y sus fobias, y siempre desde un espíritu lúcido, una inteligencia crítica, y un humor negro.

«La vida es una pequeña parcela de luz. Entramos, estrechamos una o dos manos y volvemos a salir a la oscuridad. El misterio es infinitamente patético y pintoresco».

«La felicidad se pierde cuando se la critica; la desgracia cuando se la acepta».

«A la pequeña parte de ignorancia que somos capaces de localizar y clasificar le damos el nombre de Conocimiento».

«Al encontrarse con el Mérito en un cruce de calles, el Éxito permaneció inmóvil. El mérito apretó el paso y se fue hacia él, murmurando unas disculpas, que el Éxito tuvo la deferencia de aceptar».

«Dos veces he visto el Paraíso. En la juventud, lo llamábamos Vida; en la vejez, Juventud».

Recomiendo este librito por varias razones. La obra de un escritor, Ambrose Bierce, al que precede su fama de terrible; la excelente introducción de Miguel Catalán que nos sitúa en la biografía del autor, la cuidada edición, y el precio accesible.
Les dejo a continuación la página de la editorial Sequitur en donde, además de encontrar más información sobre esta obra, podrán consultar su catálogo.
Si buscan en Etiquetas, Reseñas de este blog, encontrarán varias de los libros de esta editorial. Por ejemplo, las de poetas portugueses, algunos ya clásicos, otros actuales.
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jueves, 15 de diciembre de 2011

CHEJOV/GORKI. Correspondencia



Reseña: Pilar Alberdi

Lo primero que debo decir de este libro de la Editorial Funambulista es que es una edición magnífica, muy cuidada y de una calidad insuperable, con traducción y postfacio de Rubén Pujante Corbalán. Lo segundo, que para aquellos que sientan respeto y admiración por las obras de Chejov y Gorki , será un placer pasar por estas páginas. Yo lo he hecho. y me he emocionado.

El libro nos muestra el acercamiento de Gorki (1868-1936) a Chejov(1860-1904), un autor ya consolidado. Ambos se llevan pocos años de diferencia, pero mientras que el primero es un escritor que se ha hecho a sí mismo y se considera un autodidacta; el segundo ha cursado estudios universitarios, es médico, además de escritor, tiene publicada gran parte de su obra, y lleva tiempo relacionándose con otros importantes escritores. Lo que los iguala, es que ambos obtienen sus ingresos, especialmente de la literatura, vendiendo sus cuentos a los periódicos.

Gorki en su primera carta, dice: «quisiera trasladarle mi entusiasmo por su admirable genio, amargo y conmovedor, a la vez trágico y tierno, siempre tan bello, tan delicado, Señor, tengo que estrechar, su mano de artista, su mano de hombre sincero y, no obstante, triste ¿no es cierto?» Esta última pregunta es representativa de todas las demás que hará en la correspondencia y muestra su profunda sensibilidad e inteligencia. Gorki intuye, admira, y siempre quiere saber más.

Las respuestas de Chejov, especialmente las primeras, son contenidas. No duda en preguntarle quién es, qué edad tiene, en recriminarle la utilización ampulosa de frases en la descripción que hace de los paisajes, pero aunque le reprende, lo felicita por su cuento «La estepa», y no duda en afirmar el sentimiento de que Gorki es un gran artista, alguien que «cuando describe algo, lo palpa con las manos». Y así, poco a poco, esta relación que es casi de discípulo a maestro irá igualándose.

No sólo tienen ambos escritores similar edad, sino que están enfermos, padecen tuberculosis. El ánimo que Chejov siente por el teatro acaba contagiando a Gorki; y éste anima a su amigo cuando aquél decae por los problemas de salud.

A través de esta correspondencia conoceremos detalles de su vida familiar, de la profesional, de los problemas tan graves que vive Rusia. Y en el momento en que Gorki es represaliado y deportado por su oposición a las autoridades, Chejov no duda en dimitir de su puesto en la Academia de Ciencias de San Petersburgo. Renuncia que también hicieron otros escritores, como fue el caso de Tolstoi.

También se puede apreciar en las cartas que se envían, la sinceridad de sus comentarios sobre sus propias obras y las de otros autores. En este último caso, un tipo de sinceridad, tan espontánea, que hoy me atrevería a considerar imposible en los tiempos que vivimos.

Son, sin duda, dos temperamentos muy diferentes. Chejov tan tranquilo, y Gorki que no sabe estar en reposo; pero coincidentes ambos en múltiples aspectos.

En estas cartas hay detalles que conmueven, uno de ellos es ver el cambio de Gorki, que pasa de ser aquél joven que deploraba el partidismo de algunos autores, y mostraba temor a visitar y vivir en grandes ciudades como Moscú o San Petersburgo, al hombre que se entrega a la defensa de sus ideales políticos, y que salvando su acostumbrada timidez comienza a acudir a las ciudades en donde se reúne con la intelectualidad de la época, y puede, además, acudir a ver obras de teatro.

Componen este libro 89 misivas, de las cuales 48 cartas y 6 telegramas corresponden a Gorki ,y 35 cartas a Chejov. Ocupan los años que van de 1898 a 1904.

En el postfacio se nos explica, además, cómo fue la llegada del cuerpo de Chejov a Moscú, tras su fallecimiento en Badenwiler, Alemania; y la reacción de Gorki ante la forma en que sucedieron esos hechos, además de la dolencia por la pérdida de su estimado amigo.

En resumen: un testimonio esencial de lo que fue la vida de estos escritores, así como de sus esfuerzos por superar sus circunstancias y realizar una obra digna.

Les dejo el enlace a la Editorial Funambulista donde podrán encontrar, además, importante información sobre los autores rusos y su obra.

lunes, 12 de diciembre de 2011

"NECESIDAD". Un cuento de Vladimir Korolenko



Por: Pilar Alberdi

Leía este fin de semana la correspondencia entre Chejov y Gorki (Editorial Funambulista), la reseña la publicaré el jueves, cuando viendo que ambos autores citaban a Vladimir Korolenko(1853-1921), recordé un cuento de este autor titulado: Necesidad.

En un estilo oriental, Vladimir Korolenko narra la historia de un par de monjes que sienten que la muerte les pisa los talones, mientras que ellos aún no han encontrado la verdad. Su desesperación les lleva a salir de viaje para buscarla.

El primero de los monjes de nombre Darnu, al que luego seguirá otro de nombre Purana, llega a un lejano pueblo. Ve en lo alto de la montaña un templo, y pregunta a un pastor a qué dios está dedicado aquel lugar. El pastor que como otros muchos pastores antes que él, aprovecha el sitio para reunirse con una pastora, le dice que nadie recuerda a qué dios está dedicado y que quienes lo adoraban han desaparecido.

El monje decide hacer una visita al templo. En una pared encuentra una inscripción antigua. Allí lee: «Soy la Necesidad, señora de todos los movimientos». También ve una cifra: 999.998 No hay otro tipo de figuras ni inscripciones.

Invoca a la diosa, y ésta le dice:

«Soy la Necesidad, que he regido los cincuenta años de tu vida... Todo cuanto has hecho no lo hiciste tú, sino yo, pues tú no eres sino una hoja arrastrada por la corriente, mientras que yo soy la señora de todos los movimientos»

Pero tanto el primer monje como el segundo se niegan a ser esos dos últimos números que faltan para completar el millón en la cifra que está escrita sobre la pared. El primero, Darnu, para demostrarle a la diosa que puede mandar sobre sí mismo, se niega a moverse: Le oímos decir: «No beberé porque soy libre» y por la misma razón, «no comeré».

El segundo monje, Purana, que encuentra en un estado lamentable al primero, se niega a ser menos que aquél, y da por hecho que si todo ocurre por la Necesidad como la deidad le ha dicho, esa higuera que está encima suyo, más temprano que tarde, dejará caer un higo hasta su boca, y el agua de algún modo llegará hasta él. Pero nada de eso ocurre.

Lo que los monjes ignoraban es que la cifra mostraba la cantidad de pastores y pastoras que se habían reunido en aquel sitio.

Y en el momento en que llega al lugar una nueva pareja de pastores, el narrador sabe que si Darnu, que está agotado por el ayuno, pudiese hablar, diría: «¡Estúpidos! No lo hacen por ellos mismos, sino para complacer a la Necesidad».

Al final de la historia, es Darnu, quien dice a su compañero Purana, lo que ha descubierto: «La Necesidad no es la señora de nuestros movimientos, se limita a tomar nota de ellos. Lo único que hace es registrar lo que hubo. Pero lo que todavía debe ser se realizará a través de nuestra voluntad»

Y convencidos de ello, se ponen ambos en movimiento, deciden bajar al valle y continuar su camino.

¡Cuánto dice este cuento! Y qué fina la ironía. Decía Montesquieu que si los triángulos tuviesen dioses serían de tres lados...

miércoles, 7 de diciembre de 2011

"EL SACRILEGIO DE ALAN KENT" DE ERSKINE CALDWELL




Reseña: Pilar Alberdi


«El sacrilegio de Alan Kent» de Erskine Caldwell (1903-1987) es una obra de narrativa breve dividida en tres partes y con un total de 141 fragmentos compuestos de una o más estrofas.
El traductor, José Luis Piquero, nos ofrece en el prólogo una interesante introducción. En su opinión la obra es «un intento de depuración de los procedimientos fictivos al uso y una notable pieza de experimentación literaria». Con respecto al estilo dice que «busca siempre el grado máximo de depuración» ya que la obra «alcanza cotas de desnudez y precisión nunca antes vistas, según un principio radical de economía: ni una palabra de más o de menos». Y, finalmente, se pregunta: «¿Cuál es el sacrilegio de Alan Kent?» E intenta buscar respuestas señalando las posibles relaciones biográficas del autor, y la época, los primeros años del s. XX y la gran depresión que se vivió en Estados Unidos. (Crisis que también reflejaron otros autores como fue el caso de John Steimbeck con su novela Al este del Edén o que vivió, afectándole personalmente Scot Fitzgerald).

Sin duda, hay bastante de autobiográfico, ya sea por lo que vivió y conocemos de la historia personal del escritor, así como por lo que pudo observar en su entorno.
Alan Kent, el personaje protagonista representa la vida cotidiana de un hombre que busca incesantemente trabajo en una sociedad con una grave crisis económica que se ha llevado por delante a los más pobres, y ha borrado de las cuentas bancarias de muchos ricos, fortunas que algunos habían calculado eternas. En su camino, este jornalero, lucha contra la adversidad. En las palabras escritas percibimos la reminiscencia de una infancia perdida, una adolescencia o juventud en que soñó y creyó ver a la jovencita ideal que podría llegar a ser el gran amor de su vida, una imagen que siempre vuelve; y la lejanía y el extrañamiento de un hogar en el que el amor, pese a cualquier regañina, era un requisito incondicional. Además, y como factor fundamental de preocupación está la violencia que muchas personas ejercen sobre los afroamericanos haciendo de sus vidas una terrible experiencia.

Podemos definir, por tanto, los temas que trata la obra: el maltrato a los negros; el adulterio; el tema sexual; la relación entre niños; el deseo de la maternidad o paternidad; el amor; los valores en la familia; y la ausencia como sinónimo de pérdida casi incomprensible... Y digo esto porque hay varios pasajes en que el niño, Alan Kent, asume perplejo que la representación escolar en la que iba a participar se ha realizado sin él, porque se ha tenido que marchar imprevistamente; o la feria de atracciones en la que trabajaba, continuó su viaje después de que él se accidentara. Contraponiéndose a esto, hay una escena en que quiere subir como polizonte a un barco y lo echan, dándose la casualidad de que luego, el barco (la oportunidad perdida de partir en él) se hundió (doblemente perdida, y, a la vez, salvado) en algún punto del Atlántico.

Y, ¿por qué nos llega directa al corazón esta pequeña historia? Porque nosotros hemos sentido lo mismo alguna vez; quizá en este momento... Ya que también estamos en tiempos de crisis económica. El protagonista sabe cosas que nosotros también sabemos: «los ojos de los conejos muertos siempre miraban hacia algo que nadie podía ver» o «los pájaros parecían cantar más los domingos que cualquier otro día». Y sabemos que es así, que los domingos es el día en que hasta las risas de los niños se oyen más y podemos entretenernos mirando las palomas, las plantas y el cielo azul.
Pero como bien dice el prologuista, la economía de palabras es evidente; y además sirve para mostrar la verdad. Por ejemplo, en esta frase: «Un hombre entró a un restaurante por la puerta principal y comió cuanto le apeteció». No sé si podría decir más con menos. Ahí está la pobreza, el hambre y las necesidades más elementales insatisfechas; pero también está lo que significa ser una persona, y es poder entrar a un restaurante por la puerta principal y pagar una comida con el dinero de tu trabajo. Eso, además de otras muchas cosas; pero eso, en primer lugar.
En una próxima reseña les comentaré la novela La parcela de Dios del mismo autor y publicada en la misma editorial. Se trata de una obra que en su momento fue prohibida, sufrió fuertes críticas, y pese a todo logró vender más de diez millones de ejemplares.
Les dejo aquí el enlace a la Editorial Navona en la que podrán encontrar más obras de este y otros interesantes autores.

domingo, 4 de diciembre de 2011

COLETTE



Por: Pilar Alberdi

Ayer fuimos a un Rastrillo benéfico. Entre otros muchos niños bailaba nuestra nieta. ¡Qué hermosos bailes los de Andalucía! ¡Cuánta sensualidad y belleza!
No me esperaba que hubiese libros usados en venta, pero allí estaban. ¿Cómo abstenerse de dar una vuelta y mirarlos? Imposible. Además, para eso estábamos allí, para colaborar, y mientras unos compraban bisutería, muebles, alfombras, lámparas... Yo fui a dónde me llamaban: a los libros; y mi esposo, a la música.

Siempre que veo ediciones de libros de Colette o de Capote, los compro, sabiendo que ya encontraré a quién regalárselos. El segundo admiraba a la primera, y yo a ambos. Entre los libritos que encontré ayer, estaban Gigi y Cuentos de las mil y una mañanas. En este último se recogen los artículos que escribió Colette para el periódico Le Matin entre 1911 y 1914.Son tan pequeños esos artículos... ¡Y dicen tanto!

Voy a citar tres. En el primero titulado La Gioconda, explica cómo el cuadro hurtado por el pintor Vincenzo Peruggia en 1911, fue devuelto a Francia en 1913. Ella comenta cómo todos intentaban ver en qué había podido cambiar. «La escudriñan, la descubren, la inventan. Quieren que les guste por algo más que por su belleza, y colman de defectos imaginarios a una imagen a la que nada falta y que, sin embargo, no tiene cejas». Y es verdad, no tiene cejas.

En el siguiente artículo, «La muchedumbre en noche de elecciones» observa desde la sede del periódico a un grupo espontáneo de «mirones profesionales», esa clase de personas que no es difícil encontrarse ante una obra en construcción, un accidente... o como era el caso, una noticia escrita en un panel. Ellos miran las noticias más importantes del día escritas en «pantallas», dice la traducción, pero no sé si no serían pizarras o un tipo de panel con posibilidad de sujetar letras de molde como las hubo posteriormente, y yo conocí de niña. Da igual, porque eso no es lo importante para lo que ella quiere decir y yo quiero resaltar aquí. Lo que indica es que esos «mirones profesionales», esos, que parece que están un poco al margen de todo y como pasando el tiempo con la última noticia... «Esa muchedumbre irónica es política», y son los mismos que pueden hacer un cambio, incluso una revolución. Que tomen nota los políticos, porque aún con sociedades tan domesticadas como las de hoy en día, de repente, se puede llenar la Plaza del Sol en Madrid.




Ella trabajaba en la calle. Cubría noticias. Escribía poéticamente, para lo que entendemos hoy como periodismo, pero no dejaba de señalar lo que veía, por ejemplo, lo incómoda que podía resultar la ropa de las mujeres para hacer una vida similar a la de los hombres.

En resumen, regresamos del acto con la seguridad de haber disfrutado una mañana de domingo en compañía de la familia, oyendo y viendo bailar rumbas, sevillanas, tangos; y regresamos a casa con libros y música. Por la tarde, desde mi escritorio, yo podía sentir a mi esposo al otro lado de la casa escuchando a Chopin, Juan Sebastian Bach, Beethoven, Tchaikosky, Schumann... mientras yo disfrutaba leyendo esos pequeños artículos de Colette.

viernes, 2 de diciembre de 2011

MÁS RESEÑAS SOBRE "ISLA DE NAM"












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