martes, 31 de enero de 2012

“ESCRIBIR FICCIÓN” DE EDITH WHARTON




Reseña: Pilar Alberdi

Un extraordinario libro con traducción y prólogo de Amelia Pérez de Villar el que nos ofrece la editorial Páginas de Espuma.
Un libro de teoría literaria, pero no cualquier libro más. Edith Wharton fue una mujer inteligente. Escribía y analizaba constantemente cómo sacar mejor partido a los personajes, cómo tornarlos más vivos. Seguramente, leyó mucha teoría literaria, y aún así estaba convencida de que «Estudiar la práctica de la ficción es enfrentarse a la más novedosa, la más fluida y la menos formulada de las artes». Es verdad que ha pasado el tiempo, pero en cuanto a la elaboración de la teoría literaria, poco... A quienes nos interesa, seguimos releyendo los libros de Chejov, Forsters, Henry James... Por su propia experiencia como escritora sabía que «Cuando ya se ha ganado la confianza del lector, la siguiente regla del juego es evitar que se distraiga». Teniendo en cuenta que «La verdadera originalidad no busca una nueva forma, sino una nueva visión» le preocupaba saber quién iba a contar la historia, desde qué punto de vista.
En su opinión ningún escritor debería predeterminar la duración de su obra, ¿será un relato, una novela corta o una larga? Eso lo dirá la práctica, pero sobre todo, el darse tiempo para que la historia se elabore en profundidad o lo que ella llamaba «dejar crecer la obra», si la misma, claro está, lo admite.
«La longitud de una novela está más determinada por el tema que por cualquiera de sus demás rasgos» .Si algo parece decirnos Edith Wharton en todo momento es: contención.
Le mesura de la que antes hablé también puede verse en otros temas que trata como el de los diálogos. Ella se muestra convencida de que cierta vivacidad excesiva en la utilización de diálogos cansa al lector más allá de la mitad del libro. Dice «El uso del diálogo (…) debe reservarse a los momentos culminantes y verse como esa salpicadura que levanta, al romper, una gran ola que se curva hacia quien la observa desde la orilla». El diálogo es el presente de la novela, es el ahora, es lo más cercano al lector. No puede estar ahí como una cháchara vacua, tiene que tener sentido y originalidad.
Sería bueno que los jóvenes escritores pasen por talleres literarios, lo que les permitiría saber qué les conviene leer en primer lugar, pero sobre todo que accediesen a libros de teoría literaria como este. No voy a afirmar que con su lectura se reduce el camino de ser escritor, no, en absoluto; ser escritor es una tarea única que va en consonancia con la persona, pero quizá se ganase en tiempo de comprensión. En no preguntarse por temas que otros ya solucionaron o de los que, al menos, dieron su opinión. Mejor lo dice Edith Warthon: «Sea lo que sea lo que un ser humano lleva dentro, para mostrarlo bien tiene que trabajar en ello con persistencia indestructible». Y es así, lo que un escritor precisa es constancia y perseverancia.
Un verdadero regalo este de la editorial Páginas de Espuma. Se lee con placer, se abandona con pena.

domingo, 29 de enero de 2012

ASÍ COMIENZA




"Es verdad que en el pequeño pueblo en que vivimos, al que llegan los fines de semana unos cuantos excursionistas a hacer senderismo y alpinismo, los hay que piensan que no existo. Probablemente piensan que casi no veo, y que mi letra —a esta altura de mi vida— debe ser un galimatías ilegible. ¡Dios, me encantan estas gentes! Hacen que me sienta viva.
Mientras ellos piensan esas cosas, yo en mi preciado retiro, en mi letargo de osa, en el mayor de los secretos, escribo mis cuadernos de tapas azules donde voy contando poco a poco nuestras vidas; las suyas y la mía".

Una lectora me preguntaba qué historia hay en Los cuadernos de la señora Bell, le contesto copiando el inicio que acaban de leer. Aunque faltan un par de frases a modo de citas de introducción.Escribí esta historia hace ya algunos años, tan ensimismada en ese ambiente de la montaña, que me parecía estar realmente allí entre la nieve y la lluvia del invierno, en una comunidad pequeña, con cervatillos en el monte, y con la grave amenaza de una autopista que rompería bruscamente el equilibrio ganado en el pueblo.
Las horas que me dedicaba a escribirla me ponía una música relajante en la que se oía el tinteneo de la lluvia y el agua de los arroyos... y yo creo que, de algún modo, me convertí en la señora Bell, pero no sólo en ella, sino en el resto de personajes: el alcalde, las chicas que llegaron del extranjero, el dueño del hotel, el poeta del pueblo...
Por si alguien puede estar interesado en leerla entera, les dejo aquí el enlace el ebook que pueden adquirir en
Amazon
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viernes, 27 de enero de 2012

"LOCA NOVELIFE" DE ELVIRA REBOLLO




Reseña: Pilar Alberdi

¿Cuántas páginas necesita un lector para saber que está ante una historia que no le defraudará? Cuando llegué a la página 9 de esta novela, Loca Novelife, quedé atrapada por la promesa de lo que llegaría después. Una joven estudiante ha sido aceptada para hacer un Máster de escritura creativa en una universidad norteamericana. Cuando acude a la entrevista se encuentra con un profesor que tiene sobre su escritorio, el trabajo que ella envió para su posible admisión en el curso. Y en el aparecen bastantes tachones en color rojo... El profesor le pregunta por qué ha dejado temas con un final demasiado abierto, y le dice: «Querida, déjeme explicarle algo: el lector no quiere libertad, no la quiere. Quiere leer una historia completa».
¡Qué verdad tan grande! Y por si fuera poco, le dice que ha sido aceptada en el programa de Postgrado «porque sabemos que entre tanta mierda que defeca hay esplendor. Pero, por favor, querida, deje de escribir como si quisiera complacer a los demás».
A través de la historia conocemos las diferentes ciudades del mundo por los que ha pasado una joven profesora universitaria española. Viviremos con ella en pequeñas habitaciones o en casas mejores; también sabremos de sus amores, de sus recuerdos de infancia, y de sus problemas tanto de pareja como de familia.
El texto presenta una gran cantidad de onomatopeyas, propias del hablar de la juventud, y en este sentido es fiel a cómo son los jóvenes de hoy en día, ya que nos permite conocer de forma general sus aspiraciones y los problemas conque se encuentran a diario, tanto para ser ellos mismos como para labrarse un porvenir.
Hay momentos de gran ternura, y otros en que la rabia, la que tiene que ver con las relaciones con los demás, la enfermedad o la muerte, clama por salir de las páginas.
Me gusta cuando recuerda a las personas que amó, a aquellas que la correspondieron y a las que no, quizá son los momentos más poéticos del libro. Dice de un muchacho que conoció en Singapur, y que fue alumno suyo de español:
«Encerré sus palabras con sabor a urdu en una cajita de cristal para no olvidarlas nunca, aspiré sus respiración para tragar el mismo aire y le pedí que me repitiese por última vez 'azul celeste'».
Un libro joven, para lectores jóvenes, sí pero que gustará por igual a cualquier lector.
La editorial: Baile del sol. Una editorial de las Islas Canarias. Publica autores españoles y lo hace muy bien. Le invito a conocer su catálogo en el siguiente enlace:

Sinopsis:
Eugenia Ramírez, bilbaína de 30 años, es profesora universitaria en un pequeño pueblo de las montañas de West Virginia. Sus deseos de convertirse en escritora la llevan a Nueva York para cursar un Máster en Creación Literaaria. Allí conocerá a Ricardo Reinosa, un reputado profesor, quien le aconsejará cómo convertir su vida en toda una novela.
Loca Novelife, a pesar de tener una estructura fraccionada en relatos, forma un mosaico narrativo de argumento lineal.

La autora:
Elvira Rebollo es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad del País Vasco y debiso a su profesión ha vivido en diferentes países de Europa, Así y América. Es autora desde 2008 del blog literario Loca Novelife que da título a esta su primera novela. Actualmente vive en Madrid impartiendo clases en la Universidad Carlos III.

lunes, 23 de enero de 2012

¿QUÉ ES UN CLÁSICO? Charles - Augustin Sainte- Beuve



Reseña: Pilar Alberdi

¿Qué es un clásico? se pregunta Charles - Augustin Sainte - Beuve. Y tras acabar la lectura de este artículo, una ya sabe que él, con su excelente y cuidada prosa, también ocupa un lugar de honor en esa lista, aunque sea poco conocido por los lectores actuales, al menos, aquí en España.
Pero esta edición de Casimiro Libros, con traducción de Raoul Albé, no sólo nos ofrece ese pequeño ensayo, sino que suma a la pregunta «¿Qué es un clásico?» las respuestas de Azorín, Jorge Luis Borges, Hans - Georg Gadamer e Italo Calvino.
Consideremos lo que dice Charles Beuve: «Un clásico, en la definición común, es un autor antiguo, ya consagrado en la admiración y que es una autoridad en su género». Primero los griegos y a continuación los latinos. Al mismo tiempo nos recuerda la opinión de Aulo Gelio, para quien un clásico era «un escritor a tener en cuenta».
Sobre los clásicos modernos nos indica que fue más fácil para España e Italia hacer la lista de los suyos, mientras que los franceses la demoraron. En cualquier caso, los pueblos, muchas veces se caracterizan por el olvido de los mejores, así pasó con Cervantes, presente en su siglo, y olvidado por los españoles hasta que los británicos lo redescubrieron.
«Un verdadero clásico ―afirma Beuve― es un autor que ha enriquecido el espíritu humano. No se puede considerar clásicos a aquellos que subordinan la imaginación a la razón». Y vemos, como en este punto le preocupa lo que para la literatura pudo significar en Francia, el siglo XVIII y la Ilustración, con su Enciclopedia, pero también con la presunción de que la razón va por delante de la imaginación.
Le preocupa la falta de pasión y señala hacia los clásicos griegos, prefiriendo a Homero frente a Sófocles o Esquilo, quizá porque el primero, desde la epopeya lírica y sin la estructura propia del teatro, era más libre que los segundos.
Explica también como muchos excelentes escritores han temido la sombra que podrían hacerle otros más grandes que ellos, y cita el caso de Bayron que prefería enaltecer a Alexander Pope, antes que a su predecesor William Shakespeare. O el caso de quienes enaltecieron a Racine desmereciendo a Moliere.
Pero por si fuera poco el espíritu de fino clasicismo que impregna este largo artículo, en el que se se debaten varios temas que hacen a la cuestión de «¿Qué es un clásico?», al final, tenemos otros artículos de reconocidos escritores, que nos permitirán conocer su opinión. Estos artículos son: «Nuevo prefacio a Lecturas Españolas» de José Martínez, Azorín; «Sobre los clásicos» de Jorge Luis Borges; «El modelo de lo clásico» de Hans - George Gadamer, y «Por qué leer los clásicos» de Italo Calvino.
El artículo de una prosa excelsa que da título a este libro fue publicado en 1850, y como se indica en los datos que se ofrecen en la contraportada «abre la reflexión moderna en torno a unas preguntas, a las que Borges, Gadamer, Italo Calvino y otros también intentarán dar respuesta».
Les dejo el enlace a la editorial: Casimiro Libros

domingo, 22 de enero de 2012

LOS CUADERNOS DE LA SEÑORA BELL




A punto de publicar mañana una reseña sobre un extraordinario tema "¿Qué es la cultura?", quiero comentarles que he subido a Amazon varios ebooks, entre ellos, Los cuadernos de la señora Bell, Isla de Nam, Diario de Clona, El Pantano. Teniendo en cuenta la buena acogida recibida por Isla de Nam, el ebook permitirá que personas de otros países, y muy especialmente de latinoamérica puedan acceder al libro con facilidad, ya que el precio de compra es de 0,93.
Les dejo a continuación las portadas y aquí el enlace a mis ebooks en AMAZON









jueves, 19 de enero de 2012

"EL LIBRO DE LOS VIAJES EQUIVOCADOS" DE CLARA OBLIGADO



Reseña y entrevista: Pilar Alberdi

El libro de los viajes equivocados de Clara Obligado se compone de once cuentos que hablan del exilio y del desarraigo, desde diferentes perspectivas y personajes, varios de los cuales, reaparecen en varios cuentos y en distintas circunstancias. Esta característica es la que al final nos permite sentir que hemos hecho un largo viaje por la vida, y que no hemos transitado sólo por cuentos, sino por capítulos de una novela, porque en el fondo esta es la historia de Lyuba, pero también de otros personajes como el joven con el cuerpo tatuado o la pareja que después de vivir una aventura amorosa en EE. UU., la volvemos a ver en territorio europeo.
Es un libro que habla de la inmigración, de los primeros «diez años que se pierden en conseguir lo mínimo» para sobrevivir, para volver a ser persona con todos los derechos.
Es también una obra que nos recuerda que detrás de las migraciones suele haber conflictos sociales, dictaduras y guerras; complicidades y silencios, olvido y tristeza; deseos de reparación.
La Primera y la Segunda Guerra mundiales dieron oleadas de sobrevivientes a América. Los vemos en estas historias, a su llegada a Buenos Aires o a Nueva York. Los sentimos resurgiendo a la vida, complicándosela, o incluso repitiendo los mismos hechos violentos que sus antecesores o regresando con posterioridad al lugar del origen de sus familias y sorprendiéndose, porque… «Donde el tiempo había sembrado pobreza y la guerra destrucción, hay ahora villas hermosas, campos de vides y hoteles».
No es ajena a estas historias las de las personas que se han negado a ver la persecución y los trenes que llegaban cargados de gente a los Campos de Concentración y exterminio nazi en tierras de Polonia. Pero lo curioso es que esto pasó ayer, y sólo personas como Clara o como otros que hemos vivido dictaduras sabemos qué rápido puede instalarse el silencio, cómo lo visible se torna invisible de repente, cómo aparece la delación, la humillación y la maquinaria de la muerte hace su trabajo. Desde luego, ni siquiera hay que irse tan lejos en el tiempo, ahí está la Europa del este, más allá el oriente medio y las excusas que dan origen a conflictos y guerras tras los cuales se esconde el deseo de poder.
Componen este libro, los cuentos: El azar; Las dos hermanas; Monedas de oro; Frío; Madison, los puentes; El silencio; Así que esto era el amor; Agujeros negros; La escritura; Albania y La espiral Admirable.
Como prefacio las palabras de Rainer María Rilke: «Vivo mi vida en círculos concéntricos sobre las cosas extendidas (…). El último quizá llenar no pueda. No sé si soy un pájaro o un gran canto».
Dice Clara Obligado en la introducción: «Comencé a escribir este libro en mi libro anterior, cuando me preguntaba por el sentido del destierro. Años más tarde, me encontré pensando en las proyecciones de la diáspora en la vida de quienes la emprenden».
Y esto es la persona, sin duda, la búsqueda de sentido, el seguir adelante, pero también el no dejar de mirar atrás con avidez, porque allí, también hay respuestas.
El papel en blanco de mis apuntes, me ha servido a modo de cajón, para guardar frases y pensamientos, instantes de El libro de los viajes equivocados que me han cautivado: «Todo el mundo necesita un enemigo que te mantenga despierto», «es cansadísimo ser simpática todo el tiempo», «la noche es tan densa que parece que alguien la hubiese tachado», «Es tarde, las hortensias cabecean en tiestos de terracota...».Cómo no sorprenderse de que a la raya que alguien ha dibujado sobre la playa con un palo, Clara la llame «cuerda de arena», o como no maravillarme ante esas «palmeras despeinadas» que «pespunteaban el cielo». Si he visto tantas por el Mediterráneo… Si las veo a diario. Eso es capacidad de observación, pequeñas joyas, que surgen, aquí y allá, con sentido poético, en cuentos en los que no falta un riguroso análisis de la realidad y la condición humana a través de diferentes épocas, territorios y clases sociales. Saltos históricos entre continentes, pueblos, ciudades, a donde los inmigrantes llegan con su desarraigo hecho de dolor y de acomodo a las nuevas circunstancias. Días para el deseo de una humanidad mejor que haga justicia a su nombre.
Refleja, además, la obra, una comprensión de la ancianidad y sus limitaciones; de los niños que se quedan solos en las casas o tienen que cuidar a sus hermanos menores. ¿Acaso no son ellos también unos inmigrantes recién llegados? Sí, lo son. Los primeros, al territorio del declive y la dependencia. Los segundos, al mundo de los adultos.
Hay grandeza de miras y profundidad en esta obra. Hay profesionalidad. Es decir, un largo recorrido como escritora más las infinitas preguntas que se hace a diario quién escribe, quien desea abarcar todo lo que le preocupa, le interesa, le hiere o lo salva. Este es un libro que reeleré, sin duda, muchas veces. Mi caligrafía, al traspasar las notas al ordenador, me jugó una mala pasada, y dio lugar a dos errores en las frases que cito de la autora en la entrevista, y que ella ha sabido contestar con humor, hecho que le agradezco sinceramente.
Creo que uno aprende lo que es la vida de niño. Es entonces cuando a la piedad primera de las criaturas se opone un mundo, muchas veces arisco, competitivo e indiferente. Clara tiene arte para reflejar todo esto, y sino lean estos párrafos. Con ellos acaba esta reseña, a la que sigue una entrevista).
«Lo otro que recuerda es que, una tarde, junto a la puerta de entrada de la casa encontró un gorrión. No era un pájaro grande sino un polluelo caído del árbol, abatido sin duda por el viento y la última lluvia en Buenos Aires. Un pajarito despeluchado y minúsculo, con plumas como pelos, ojos saltones, huesos de cristal, boca amarilla y menesterosa casi más grande que el cuerpo, un pico en el que cabía todo, las gotas de agua con azúcar, las miguitas de pan, la mosca que Elsa cazó y convirtió en puré. El pichón vivió poco, lo suficiente para que Elsa se lo mostrara a su hermanita y le dijera, muy despacio, para que no la oyera mamá: ―Lo quiero más que a nada en el mundo»



Primeras preguntas:




¿Quién es Clara Obligado? No lo sé demasiado bien, me gustaría conocerla, tenemos amigos en común.

«El libro de los viajes equivocados» representa en su obra... la reflexión sobre un momento duro a nivel social y personal. Un intento de comprender muchas cosas. El placer de la escritura.

Después de vivir el exilio...me pregunto cómo hubiera sido mi vida si me hubiera tocado quedarme en Argentina. Cómo hubiera sido si hubiera elegido no España, sino otro país, qué hubiera pasado si…

Su vida... es algo bastante divertido de vivir. Me gusta.


A ella le gusta releer a... a todo el mundo. Bueno, no a todo el mundo, más bien a todo mi mundo, a los autores de los cuales sólo he leído algún libro suelto y que esperan su turno para que profundice en ellos. Me falta leer muchas obras completas.

En su experiencia como directora de talleres de creación aprendió que... Sólo se puede enseñar el entusiasmo. Sólo se puede enseñar con cariño. Sólo se puede enseñar lo que es un enigma para nosotros mismos.

Un libro para recomendar... ¿Uno solo? La aldea de F., de Las microlocas. Salió en México y espero que pronto llegue a España.


Preguntas para profundizar desde frases de su último libro:


«Las casas son como los niños, tienen su instante, su esplendor» ¿Dije “como los niños” o “como las personas”? Sería un fallido gracioso. Es cierto, las casas, como diría Felisberto Hernández, son como las personas. Divierten como proyecto, llegan a la madurez después de que nos ocupemos mucho de ellas y, antes de que decaigan, hay que salir corriendo. Saber abandonar a tiempo es una de las grandes cosas que hay que aprender.

«He vivido muchísimos años, pero sólo eso sucedió de verdad». Muchas de las cosas que vivimos son falsas, de otra vida, o de la vida de otros. Sólo algunas nos pertenecen de verdad.

«Nada se sueña en vano» Es cierto. La realidad puede ser vana, pero los sueños, jamás.


«Somos una tribu que baila la danza de la fertilidad» Creo que tenemos un componente animal muy importante que determina las relaciones de pareja. Somos grandes monos a veces no demasiado sabios. Me gusta ver el amor y las relaciones desde esa perspectiva.


«Son absurdas las mujeres que siempre comprenden» La comprensión exagerada siempre esconde cierto masoquismo, es aburridísima, y además no es del todo bondadosa, oculta la necesidad de hacerse con el poder desde la culpa. Quien te hace sentir culpable te tiene en sus manos. Por cierto, otro fallido, creo que escribí “son aburridas”, no “son absurdas”. Me gusta esta entrevista, vamos escribiendo el libro juntas. Borges decía que toda errata es una corrección escondida…

«La madurez es la estación florida (…), el momento en que todo cuadra»
Sin duda. La vida de las mujeres, en particular las que hemos tenido que criar niños, empieza a los 50, cuando ya cuidamos sólo de nosotras mismas. Si hemos tenido suerte y hemos manejado nuestra vida con alguna inteligencia, somos libres para hacer lo que nos dé la gana. La estación florida para nosotras, creo, no es la época de la reproduccion, como nos quieren hacer creer, sino todo lo que viene después.


Gracias Clara por las respuestas.

La autora:
Clara Obligado nació en Buenos Aires. Exiliada política de la dictadura militar, desde 1976 vive en España. Es Licenciada en Literatura, y ha dirigido los primeros talleres de Escritura Creativa que se organizaron en España, actividad que ha llevado a cabo para numerosas universidades y diversas instituciones y que realiza de forma independiente. En 1996 recibió el premio femenino Lumen por su novela La hija de Marx. Ha publicado con Páginas de Espuma su volumen de cuentos Las otras vidas y las antologías Por favor, sea breve 1 y 2, señeras en la implantación del género en España. Tiene numerosos libros de ensayo. Colabora en medios periodísticos. Su obra ha sido traducida a diferentes idiomas.
Les dejo a continuación los enlaces al taller de escritura creativa y a la editorial Páginas de Espuma
Taller de Escritura Creativa Clara Obligado

martes, 17 de enero de 2012

UNAMUNO




Por: Pilar Alberdi

Hace tiempo dejé parte de mis libros en la casa de mi hija. Una forma de reencontrarme con viejos amigos cuando voy a Madrid. Allí están los de Unamuno… Siempre un placer releerlos. Con ese español tan castizo y sus muchas lecturas de filósofos y escritores europeos.

Decía Unamuno (1864-1936) en una clara referencia a la vida de los escritores y, probablemente, también a la suya: «¡Juan Fernández, no escribe mal; es mozo que promete... ¡una esperanza! Y sigue usted haciendo artículos que caen en el olvido». Y así, nos dice, entre páginas que nadie lee, se va gestando «la fama de su nombre». Y cuando ya está en su final, en esa hora en que se aprovecha para dar los merecidos premios de última hora, entonces la misma gente que nunca ha leído a «Juan Fernández», pero a cuyos oídos llegó su fama, dice: «¡Juan Fernandez! ¡Oh! Sí, una gloria nacional, un verdadero talento, un hombre de fuerza... una realidad».

Grandioso Unamuno. Tan claro en unos temas; tan contradictorio a nivel político, siempre buscando la verdad, su verdad, y solo. O no solo, él y su familia y también los libros; los de los demás, y los suyos. Supongo que así fue. Así es casi siempre.

jueves, 12 de enero de 2012

"LA RESIDENCIA DE ESTUDIANTES" DE YOKO OGAWA




Reseña: Pilar Alberdi

La escritora Yoko Ogawa nos relata en La residencia de estudiantes el interior de habitaciones mudas y silenciosas, de los individuos que permanecen en ellas enclaustrados, de barrios de la periferia e instituciones, tanto físicas (edificios) como simbólicas (matrimonio, relaciones familiares...) destinadas a degradarse.

El libro escrito en primera persona por una mujer de 28 años, comienza contando el extraño zumbido que escucha... «No hace mucho que empecé a percibir aquel ruido. Pero tampoco puedo decir que fuera algo reciente».

La delicadeza de los párrafos iniciales responden al esquema clásico de enunciado inicial, seguido de explicaciones y comentarios; provocando un comienzo lento y armonioso.

«El sonido sólo se escuchaba durante un instante muy breve, y siempre mientras se acordaba de la época de la residencia». Entonces, inesperadamente, llega a su vida un primo al que no ve desde hace mucho tiempo. El muchacho que llega a la ciudad con la intención de ir a la universidad, la llama por teléfono para preguntarle por la antigua residencia de estudiantes a la que ella acudió mientras cursaba sus estudios.

El sonido: «Su origen, su tonalidad, su timbre seguían siendo imprecisos. Y si hacía comparaciones lograba encontrarle un parecido con (…) el murmullo helado de una fuente en invierno cuando una moneda se hunde hasta el fondo». Y también.... «Ah, sí... Se parece al sonido de la noche atravesando la palma de una mano que aún sostiene el teléfono tras haber colgado una llamada del novio».

Esta no es una novela para leer de corrido. Considero que es de esa clase de literatura que exige dos lecturas por lo menos. La primera para acercarnos al tema, superficialmente; la segunda para intentar una comprensión en profundidad.

Los personajes no tienen nombre no tienen apellidos, pero sí tienen trabajos, ocupaciones,cargos, pocos vínculos y una acusada soledad.

Es verdad que seguimos los hilos de la historia sabiendo que hay algo más allá... un dato que desconocemos, una explicación que nos hace falta para acabar de entender a los personajes, su modo de estar en el mundo, y su historia personal. En ese sentido, el aspecto de la residencia no ha cambiado durante años; el encargado tampoco... «Quizás fuera porque él había vivido aislado, al margen de muchas cosas: de una familia, de una posición social, y también de una edad».Ya era un hombre con problemas físicos y lo sigue siendo. Él observa los cuerpos de los demás con admiración, y los otros el suyo con curiosidad. Además, ha desaparecido un estudiante; y la policía investiga. Pero esto es sólo el barniz realista, no la madera con la que está hecha la obra.

Frente a la ausencia del marido de la protagonista y los desencuentros con el primo que ha pasado a vivir en la residencia, la relación entre la joven mujer y el anciano aumenta. También el sonido, ese ruido... Y volverán los retales de tela a ser unidos... Y volverá el temor a ser la mariposa atrapada en el capullo, aumentando ese trenzado de simbologías que se reparte de principio a fin por las páginas, y en donde lo que se nombra, no necesariamente quiere decir lo mismo que las palabras indican. Lluvia y lágrimas podrían ser lo mismo, y así, otras.

Los temas de esta novela son desde mi punto de vista: la degradación de todo lo vivo. En esta lucha, los seres humanos fluctuamos sobre dos polos, por un lado la soledad ensimismada en la que nos hallamos de contínuo, y por otro, la unión con las demás personas.

«Vivir ―dice la protagonista― quizás sea lo más parecido a la sensación que tenemos cuando perdemos algo». Y yo me pregunto: ¿quién no le daría la razón? El hecho de vivir contiene sin cesar este temor a la pérdida.



La autora:

Yoko Ogawa nació en Okayama en 1962. Con su primera novela, Cuando la mariposa se descompone obtuvo el prestigioso Premio Kaien. Y en 1991, recibió el premio Akutagawa por El embarazo de mi hermana. La Editorial Funambulista ha publicado de la autora: La fórmula preferida del profesor, Perfume de hielo y La niña que iba en hipopótamo a la escuela.



Sinopsis

«La narradora recibe al inicio de esta novela la llamada de su primo, al que no veía desde que eran niños: éste acaba de ingresar en la universidad y le pide que interceda para poder obtener plaza en la residencia de estudiantes donde ella se alojó, seis años antes. Esto hará que la narradora efectúe una serie de visitas a la residencia (en la que el primo está siempre extrañamente ausente) y que retome contacto con el director del establecimiento, un hombre aquejado de una extraña enfermedad…
Con su habitual estilo, delicado e intimista, y a base de pequeñas pinceladas sutiles (y desasosegantes al mismo tiempo), Ogawa va construyendo una trama inquietante, con un crescendo y un final dignos del mejor cine de Alfred Hitchcock. Yoko Ogawa es la novelista más leída en Japón desde hace dos décadas».

El trabajo de traducción ha estado a cargo de Héctor Jiménez Ferrer. Encontrarán otras obras de la autora y podrán acceder al catálogo de la Editorial Funambulista en el siguiente enlace

"AENIGMA VENERIS -ANTOLOGÍA DE AUTORAS-



Queridos amigos:
A partir de las 19:30 PM de esta tarde, hora de España, pueden descargar gratuitamente el libro Aenigma veneris -Antología de autoras-.

Cuentos y autoras participantes:


-Vegueta de Nuria C. Botey

-Cuentos a Media Noche de María L. Castejón

-Diario de Clona de Pilar Alberdi

-Trabajo Sucio de María Eijo

-Naranja Sobre Negro de Ángeles Mora

-Dios de Carne y Semen de Gabriela Aragón

-Rubí de Diana Muniz

-La Playa del Faro de Yolanda Camacho


Dirección: Carlos Daminsky & Anabel Zaragozi
Diseño de portada: Anabel Zaragozí & Yolanda Camacho
Prólogo: Carlos Daminsky

Las descargas se podrán efectuar desde la página web de la Editorial Albis Ebooks

lunes, 9 de enero de 2012

«LA TAREA DEL ARTISTA» DE KARL KRAUS



Reseña: Pilar Alberdi

«Un aforismo no coincide nunca con la verdad; es una verdad a medias o una verdad y media» Karl Kraus

Para estar frente a la verdad alguien tiene que señalarla, pero la verdad también se inventa, suele hacerlo el poder, sea de la clase que sea. Karl Kraus (1874-1936), autor de La tarea del artista, veía claro este peligro en la «triple alianza de la tinta, la técnica y la muerte» que imperaba en su época y que llega hasta nuestros días. Quizá, por esa razón, se dio a sí mismo la tarea de «desecar ese gran pantano de la fraseología» y no dudó frente a la aparición del nazismo en hacer un llamamiento: «¿Pero es que el mundo puede seguir haciendo tranquilamente su trabajo cotidiano, puede seguir reposando en su sueño reparador teniendo en cuenta lo que pasa? (La tercera noche de Walpurgis)».
Fue un intelectual inquieto: renunció al judaísmo para convertirse en católico, y se alejó de esta religión tras la Primera Guerra Mundial.
Escribe Miguel Catalán, traductor e introductor de la obra:
«A los veinticuatro años abandona Kraus sus estudios universitarios y un año después, en 1899, la fe judaica. Ese mismo año elucidario de 1899 rechaza una oferta de la Neue Presse y dedide fundar su propio periódico, Die Fackel». O, lo que es lo mismo: «La antorcha». Del primer número vendió 30.000 ejemplares; de los últimos 7.000 a 12.000. Su empresa resultó rentable y llegó a publicar un total de 922 números. Dedicado al arte, evitó el matrimonio, aunque hubo varias mujeres importantes en su vida. Afirmó «El arte sirve para limpiarnos los ojos» y en la cruzada social que se impuso defendió «a las mujeres, los pobres, los ignorantes; y dentro de ellos, a las prostitutas, y adúlteras, a los soldados rasos, a los lisiados de guerra y a los analfabetos». Se puso en guerra contra el psicoanálisis, siendo él, precisamente, un gran conocedor de lo que se esconde tras lo aparente. Y en su defensa de los más débiles, no dudo en atacar a los dueños de los medios de comunicación así como a «los asalariados» que escribían para ellos, pues con sus silencios y sus mentiras permitieron que la Primera Guerra Mundial se cobrase «diez millones de muertos».
Convencido de que «El lenguaje es la madre, no la servidora del pensamiento», Kraus pulió sus frases con la misma exigencia con la que también ponía a prueba los textos de los demás.
Sobre la forma pensaba que en la sencillez estaba la clave. Y le preocupaba la unidad ética y estética que debe reunir un escritor o un artista.
Su forma de ser, como bien señala Miguel Catalán, influyó a otros autores como el filósofo Ludwig Wittgenstein o los escritores Elias Canetti, Thomas Bernhard o Peter Handke.
La portada de este libro muestra el autorretrato de Egon Schiele, realizado en 1910 y que se conserva en el Leopold Museum de Viena, ciudad de residencia de Karl Kraus. De algún modo, la imagen reúne la naciente modernidad que impregnó el siglo XX.
Con la autorización de la editorial, recojo aquí algunos de los aforismos que podrán encontrar en esta obra. Y les invito a conocer el catálogo completo de Casimiro Libros en el siguiente enlace.


«El talento es un joven a quien se acaba de despertar. La personalidad, por el contrario, duerme durante largo tiempo, despierta por sí misma y a partir de ese instante se desarrolla mejor».

«Unos encuentran hermoso esto, otros aquellos. Pero deben “encontrarlo”. Y nadie quiere buscar».

«Lo que vive del tema, muere con el tema. Lo que vive en el lenguaje, vive en el lenguaje».

«El hombre ético debe venir al mundo una y otra vez. El artista una sola vez y para siempre».

«Un artista que consiga el éxito no debe andar cabizbajo. Sólo ha de desesperarse si después se convierte en un estafador».

miércoles, 4 de enero de 2012

"LA PARCELA DE DIOS" DE ERSKINE CALDWELL




Por: Pilar Alberdi

¿Por qué es importante un libro? ¿Cuándo se lo considera de esa manera? ¿Qué tiene que ocurrir para que lo sea? Si alguien supiese estas respuestas sabría cómo conseguir un éxito editorial tras otro. Pero vayamos por partes.

La editorial Navona nos ofrece La parcela de Dios en español. «La obra se publicó por primera vez en 1933 y fue censurada en Georgia, prohibida en Boston y llevada a los tribunales en Nueva York, por tanto, no es extraño que llegase a vender diez millones de ejemplares. (Hubo una edición anterior en Argentina en 1940 que apareció con el título "La chacrita de Dios"».

Como dice Vicente Campos en el prólogo es difícil de comprender cómo muchas novelas actuales hablan de libros, y no se hace un mayor esfuerzo en rescatar o en dar a conocer escritores que en su momento fueron importantes, que tenían algo que decir y se atrevieron. El caso de Erskine Caldwell es uno de ellos.

Después de La parcela de Dios ha habido muchos libros, pero este, por muchas razones, seguirá siendo único. En parte por ese terrible humor cáustico y esos personajes planos.

Ty Ty es el nombre del patriarca de la familia protagonista de esta historia, los Walden. Una familia orgullosa de ser blanca, en la que las pulsiones sexuales quedan a la vista. Ty Ty, igual que el resto de su prole no tiene estudios, pero según él hace las cosas de un modo «científico», no como los negros que son «supersticiosos». Y, aunque este dominado por la «fiebre del oro», no duda en mantener, a su manera, una Parcela dedicada a Dios.

Sin embargo, lo que antecede es sólo el envoltorio de personajes, lugares y situaciones que nos hablan del deseo sexual, la violencia racial y el asesinato.

La pregunta última, la que yo me sigo haciendo varios días después de esta lectura es: ¿aprendieron algo los Walden? Esta claro que no, porque hasta que una sociedad no cambia en conjunto, y no se impone por ley una nueva realidad, no se pueden modificar las creencias.

Steimbeck, Faulkner, Fitzgerald, no han faltado autores que nos hablasen de ese sur, y esos problemas que afectaban a una nación. Incluso, posteriormente, autoras como Willa Cather, Flannery O'Connor, Katherine Anne Potter o autores como Capote, lo hicieron.

Hay otro tema muy importante en este libro, y es que sólo uno de los protagonistas de esta historia, el patriarca, es el que comprende; el que cree saber realmente qué fuerzas (sexo, posesión y violencia) se mueven en este entramado. Pienso que su discurso último merece leerse varias veces.


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