viernes, 30 de marzo de 2012

DELACROIX POR CHARLES BAUDELAIRE


Reseña: Pilar Alberdi

«Señor: Quisiera rendir homenaje una vez más, una última vez, al genio de Eugene Delacroix, y os ruego acoger en vuestro diario estas pocas páginas en las que procuraré encerrar tan brevemente como sea posible, la historia de su talento, y la razón de su superioridad, que en mi opinión todavía no han sido reconocidos suficientemente, y también algunas anécdotas y observaciones sobre su vida y carácter». Estas son las palabras con las que se dirige el poeta Charles Baudelaire al redactor de L'Opinión nationale para solicitar sean atendidas y publicadas.
Charles Baudelaire tuvo el honor de conocer en su niñez y juventud al pintor, y en estas páginas deja, una vez más, como él muy bien dice, su testimonio.
En esta semblanza se ocupa de señalar el carácter y la personalidad del artista, y llama la atención sobre un hecho: considera que los escritores le comprenderion mejor que los pintores, y fueron los que mayoritariamente acudieron a sus exequias. Pero lo que dice del resto de pintores también la extiende a las personas en general: «Cabe recordar que los grandes maestros, poetas o pintores, Hugo o Delacroix, se anticipan siempre en muchos años a sus tímidos admiradores» (…) «Con respecto al genio, el público es un reloj que atrasa». No sabía Baudelaire, que esas palabras suyas, también hablaban de él.
Lo que también destaca el autor es que sin reflexión, no puede haber obra. Delacroix escribía, analizaba sus obras, desde los motivos hasta la composición, y cuando las acababa e invitaba a sus amigos para verlas, les hacía llegar primero un texto, en el que les explicaba, al modo en que hoy lo haría un guía en un museo, qué motivos y aspectos reunía la obra.
Al parecer, Delacroix,admiraba en otros aquello de lo que carecía, y era generoso en atribuir esos méritos a quienes los merecían.
En su personalidad un fino barniz ocultaba la enorme pasión que hizo posible obras en las que no faltaban «la desolación, matanzas e incendios en donde todo atestigua la barbarie eterna e incorregible del hombre».
Baudelaire destaca la precisión del contorno, la captación con agilidad y presteza de la idea, los colores capaces de atraer la atención sobre algún punto concreto pero sin desmerecer el conjunto. Viendo los dibujos de los cuadros que acompañan a modo de ejemplo el texto, lo que más fácilmente se capta es el movimiento que hay en las figuras, en las telas, en los seres. Nada parece estar nunca quieto.
Antes de su fallecimiento ya había en Francia 77 obras monumentales en diferentes edificios. Yo he visto en el Louvre de París sus obras. Y si alguien me preguntase qué obras recuerdo de aquel Museo, sin duda, las de Delacroix aparecen entre las primeras por su monumentalidad, impacto y fuerza dramática.
Esta pequeña joya que hoy nos ofrece Casimiro Libros, este texto del amigo del pintor que fue Baudelaire, cuenta con un diseño de cubierta de Rossella Gentile. El motivo que lo ilustra, es un detalle de la pintura «Huérfanos en el cementerio» que data de 1823 y se encuentra expuesto en el Museo del Louvre de París. La traducción corre a cargo de Pablo Palant.
Como siempre, les invito a visitar el catálogo de esta editorial en el siguiente enlace.


Palabras de la contraportada:

«Delacroix es el más evocador de todos los pintores, sus obras nos devuelven a la memoria sentimientos y pensamientos poéticos que creíamos olvidados para siempre» Charles Baudelaire

Biografías:
Eugene Delacroix (1798-1963) pintor francés.
Charles Baudelaire (1821-1867)

sábado, 24 de marzo de 2012

LAS FOTOS DEL INGLÉS



Les invito a conocer Las fotos del inglés y a visitar el blog de la novela. La obra transcurre entre Europa y América, en concreto Argentina, donde un joven fotógrafo inglés, admirador de Lewis Carroll, autor de Alicia en el páis de las maravillas, al que visita en Oxford, decide su marcha a América. Allí econtrará un mundo nuevo... Pero mejor les dejo con la sinopsis:

«Arthur Tell, atraído por la novedad de la fotografía de la que ha quedado maravillado pretende visitar a Charles Dodgson (Lewis Carrol), que en ese momento era famoso por sus libros (Alicia en el país de las maravillas), como por ser uno de los pocos que conocían esa técnica.
Una herencia recibida y un ímpetu de aventura que le proporciona su juventud lo lanzan a emprender un viaje a las Américas donde cree que podrá desarrollar esta profesión.
Ya en el barco comienza a ver lo que se encontrará: cientos de inmigrantes que van a la tierra prometida en busca de una vida mejor y la realidad de una pobreza que no hace mas que cambiar de continente.

En Buenos Aires, al saber que se está organizando una campaña para conquistar las tierras del sur a los indios, decide que es su gran oportunidad de hacer fotografías y, tal vez, de hacerse famoso.
A medida que va avanzando en el trayecto irá conociendo la vida y costumbres de aquella gente, vivirá con los soldados y luego con los indios, hará unas fotos que no se parecerán en nada a las «oficiales», y sin darse cuenta quedará inmerso en una historia de amor que lo acompañará el resto de su vida».

La lectura de esta obra les permitirá comprender cómo se aniquiló a los pueblos indígenas siguiendo el modelo utilizado en norteamérica, de qué modo unos fusiles capaces de disparar 6 tiros por minuto, ayudaron a tal fin, y quiénes se quedaron con las tierras conquistadas... Además conocerán la terrible realidad con la que se encontraban los inmigrantes que llegaban a América, y también la de los esclavos africanos después de su liberación.

Enlace a mis obras en Amazon:http://www.amazon.com/Kindle-eBooks/b/ref=sa_menu_kbo3?ie=UTF8&node=1286228011#/ref=nb_sb_noss?url=node%3D1286228011&field-keywords=pilar+alberdi&rh=n%3A133140011%2Cn%3A!133143011%2Cn%3A!251259011%2Cn%3A1286228011%2Ck%3Apilar+alberdi

martes, 20 de marzo de 2012

"UN ARTISTA DEL HAMBRE" FRANZ KAFKA



Reseña: Pilar Alberdi

«En los últimos decenios, el interés por los ayunadores ha decrecido muchísimo. Antes era un buen negocio organizar grandes exibiciones de este género como espectáculo independiente, cosa que hoy, en cambio, es imposible».
Este comienzo de Un artista del hambre de Franz Kafka (Editorial Casimiro), nos hace recordar, además, que hubo un tiempo, muy anterior al que comenta el autor, en el que había personas que por su propia decisión (sentimientos de culpa o pérdida, anhelo de alcanzar la perfección espiritual...) se hacían encerrar en celdas y permanecían en ellas como ayunadores hasta el día de su muerte. Generalmente, estas celdas, también conocidas por «olvidaderos» estaban abiertas a las miradas de los curiosos. (Uno de estos casos se cita en El jorabado de Notre Dame de Víctor Hugo).
En esta obra,Kafka nos explica el proceso del ayunador como espectáculo que dará ganancias al propio ayunador, a un empresario, y distracción al pueblo. Nos indica, además, cómo el ayunador ha hecho de este acto, su profesión, no conociendo otra. Y cómo, cuando es desenjaulado, hay una pequeña orquesta, un grupo de personas, y hasta un fotógrafo para dar a este deshauciado, la bienvenida a la vida.
Pero no es eso, lo que de verdad interesa a Kafka, a él le importa el tema del ayunador como persona capaz de soportar el hambre, por tanto, un ser superior a ese otro grupo de personas que están frente a él.
Y es, al final de este relato, cuando surge la alegoría, y la comparación y llegamos con más claridad a comprender el sentido. ¿Aquello ante lo que rendimos la mirada, así esté enjaulado, no es acaso, superior a nosotros?
Si considerásemos esta pequeña obra sólo como un pequeño cuento, nos equivocaríamos, en él no sólo hay planteada una historia, sino la sobreviviencia del propio autor como observador de esa extraña frontera entre la vida y la muerte a la que se acercaba, además de un profundo conocimiento de las personas.

Complementan este relato dos escogidos artículos. El primero En lo mejor del ayuno de Christian Bank Pedersen , quien opina que en los relatos de Kafka se narran «la soledad, la perdición, el olvido y los esfuerzos aparentemente vanos de aquellos que viven para el arte». (…) «Y, sin embargo, se pregunta, ¿qué es la obra de arte? Es una creación sensible, el producto de un hacer, el resultado de una capacidad productiva libre, y como tal, en principio un hecho autónomo, independiente de todo fin ajeno. La obra que muestra Un artista del hambre es él mismo».
La lucidez y el amor y respeto a Kafka, sobresalen en este artículo. Quizá, por su propia experiencia como escritor, el autor ha adivinado bien lo que sucede en la creación, y lo dice claramente: «Tan pronto el artista consume otra cosa que no sea el mismo, el arte deja de existir». Y lo resume, afirmando que no hay obra ajena a su creador, que «donde hay hambre de arte hay insatisfacción». ¿Y no sabemos nosotros que cuando la obra es más fiel a lo que ha vivido o siente el autor, es más profunda? ¿Que todo lo inventado no sirve sino al exclusivo fin de explicarse uno mismo?

El segundo artículo, A propósito de Kafka de Walter Benjamín, más literario que el primero, es una carta que el filósofo escribió a su amigo Gerhar Scholem hacia 1938, explicándole a éste el resultado de sus estudios sobre la obra de Kafka.
Apunto aquí dos de las frases que iluminan con certeza crítica su opinión sobre el escritor. La primera dice: «Las creaciones kafkianas son todas ellas parábolas y su miseria y belleza consisten en que tuvieron que convertirse en algo más que parábolas». Me parece imposible poder explicar mejor lo que representa la obra de Kafka. Y la segunda y fundamental: «Para hacer justicia a la figura de Kafka en su pureza y su belleza peculiares no se debe perder de vista lo siguiente: que fue un fracasado». Y habría que añadir, un fracasado... convencido de su fracaso, que no duda en pedir a su mejor amigo que queme sus manuscritos. Es decir, el final, su final es la «nada», que alguien, Max Brod, se empeña en negar, poniendo a salvo los manuscritos.


Sinopsis de la contraportada:

«Cuando su tuberculosis ya se había extendido a su garganta, haciendo que le resultara casi imposible tragar, Kafka escribió el que sería su penúltimo relato.
A modo de testamento,«Un artista del hambre» es una deslumbrante evocación de las dificultades que entraña la creación artística».


Casimiro Libros es una editorial que publica textos modernos y clásicos escogidos por su calidad literaria.En este blog podrán encontrar algunas reseñas de sus libros. Y en este enlace a la Editorial Casimiro podrán acceder a su catálogo.

Nota: se tiene la extraña opinión, muchas veces, de que los escritores se dedican a escribir y poco más; pero las suyas, como las de los demás, son vidas complicadas. Y, por supuesto, sus obras no pueden mostrar la cantidad de horas dedicadas al estudio,ni a los quehaceres cotidianos (trabajo, etc.), pero todo eso, también está en sus escritos, aunque no siempre podamos distinguirlo. Por eso, les dejo un enlace a una biografía de Franz Kafka que encontré en Internet, en la que con pocas palabras se alcanza a ver algo de lo que fue la vida del autor, y la relación que mantenía con las personas de su entorno y con su obra.

jueves, 15 de marzo de 2012

«Él» de Mercedes Pinto



Reseña: Pilar Alberdi

Reúne esta obra publicada por Ediciones Escalera cuatro textos de la escritora Mercedes Pinto (1883-1976: Invitación al dolor, Él, Plegaria a la luz, El divorcio como medida de higiene.
Frente a estas páginas estamos ante una «historia de vida», la de una mujer que sufre el acoso de su esposo, en una época en que el divorcio no existía y las mujeres dependían legalmente de sus maridos.
«Volvían a sentirse mis miembros sujetos por una sola orden de Él; mi lengua paralizada ante su voz; mis ojos velados por sus miradas recelosas; y mi juventud y mi salud y mi inteligencia semejaban una planta lozana, ligada y sujeta por una trama tupide de una tela de araña...»
Es así como se sienten las mujeres acosadas: atrapadas y como detenidas en el tiempo. Sin poder actuar por sí mismas, siendo para otro, sin poder escapar de esa condición.
En la obra se nos dice que él era una persona desconfiada y brutal, capaz de matar sin escrúpulos hasta a los propios animales domésticos de sus hijos, sin contar las palizas a su esposa o el trato vejatorio, porque suele ser propio de este tipo de personas hacer aparecer como desquiciadas a quienes son normales.
Cuando esta mujer se queja, su propia familia y la sociedad de la época le pide que soporte.
«Tuve escritas unas cuartillas donde reseñaba la noche de mi boda. Se
las enseñé a un magistrado modelo de rectitud y prorrumpió enrojeciendo
de ira:
—No publiques eso, porque cien manos honradas se alargarán justicieras
a estrangular su garganta…
Se las enseñé, después, a mi confesor, y me aconsejó en voz baja:
—Rompe eso enseguida; esto pide castigo y el castigo sólo Dios
puede darlo.
Luego las leyó el médico que asistió a mi nacimiento y me dijo:
—Publica estas páginas, porque las aberraciones miradas con los
ojos de la ciencia, pueden evitar en su día males mayores.
Pero releí las cuartillas y haciendo más caso del magistrado y del
cura que del médico, las rompí en pedazos y durante un momento vi
volar la historia de infamia y locura, de mi noche de bodas…»
En esta situación, «él se dedicaba a cubrir las apariencias y yo con gran pudor callaba todavía». (…)« Y después en la calle lo saludaban afectuosas las personas respetables del pueblo...».
Pero Mercedes Pinto que en esta obra en concreto no explica por qué su esposo es como es, quizá porque desconocía su pasado familiar, si se cuestiona en qué medida afectará lo que se vive en el hogar a sus hijos.
Los hechos sucedieron a principios de siglo. El libro fue publicado en 1924 después del fallecimiento del sujeto en cuestión. Por la misma época ella denunció lo que soportaban muchas mujeres. Lo hizo en 1923 en la Universidad Central de Madrid con una lectura pública de su ensayo El divorcio como medida higiénica. La consecuencia que tuvieron sus palabras para su vida y la de sus hijos fue que el gobierno de Primo de Rivera la condenase al destierro. De ese modo, comenzó su periplo hispanoamericano.
Pensaba yo en todo esto, mientras miraba el periódico de hoy y veía estas noticias: un hombre arrojó ácido al rostro de su compañera sentimental; una joven marroquí se suicida tras ser obligada a casarse con su violador... La Eurocámara urge a imponer la cuota femenina en los consejos. Se espera que se alcance el 30% en 2015 y el 40% en 2020. Y aún con tanto por delante para cambiar, sabemos que algo ha cambiado y que relatos de denuncia como los que escribió en su época Carmen Pardo Bazán o testimonios como este, de Mercedes Pinto, no fueron en vano. Pero nos duele, queda un dolor profundo ante estos temas, y una esperanza, la de seguir luchando.
Creo que Él es un libro esclarecedor de lo que fue la condición de la mujer en el siglo XIX y principios del XX. Luis Buñuel la adaptó a la pantalla, logrando lo que muchos han considerado «una de sus mejores películas de la época mexicana».

La autora:
«Mercedes Pinto era mujer, intelectual, exiliada, canaria y republicana. Tuvo la osadía de pensar diferente, y el valor de actuar en consecuencia. (…) Esta Pasionaria cultural acabó de escribir Él en 1924. No hay que contextualizarla para captar su valor, pero si se engloba en los parámetros sociales que regían entonces, no tan distintos de los actuales, eclosiona no sólo la calidad literaria de esta escritora, sino la humana.

Sinopsis de la contraportada del libro:
«La novela Él, delicada, contundente y sutil, ahonda en el alma de una mujer que se ha casado con un enfermo de paranoia, en la supervivencia diaria al lado de un loco que la odia y la necesita. Envuelta en la mortífera atmósfera de las normas de una sociedad pacata e hipócrita, la protagonista quiere sobrevivir. Y no está dispuesta a resignarse a la resignación».

Les dejo el enlace a la Editorial Escalera para que puedan acceder al catálogo y a más información sobre este libro.

viernes, 9 de marzo de 2012

POETA INVITADA: MARITZA BARRANCO



¡Mujer!...

Por: Maritza Barranco

¿Cuántas vidas han pasado desde que se fue tú último amante?

Recuerdo a José, Leonardo  a Mario y a aquel agonizante.
Recuerdo la ceremonia de Iglesia y luego cuando te bautizaste.
Fuiste a París,  a Praga, a Madrid y en Caracas compraste un dibujo valioso, pero lo firmaba un artista errante.
Y en Guadalajara rompiste los cristales que bajaron unos chicos de Marte.
Y allí tomaste  piedras de sitios celestiales y esculpiste la Cruz  de la historia de mitos ancestrales.
Luego, reabriste el cofre de Cleopatra, y hurgaste en secretos conocidos, pero sin dueños.
Y en África, lloraste en el altar de los ancestros.
En Jamaica usaste abrigo y  en Panamá buscando perlas encontraste un buen amigo que murió al abrazarte.


Y ahora después de ir y venir por la vida, ¿qué haces?
Ya se que nunca te cansas de los viajes
Ya cursan cientos de años y sigue cabizbaja esperando, nadie sabe si es a un directivo mutante o un ser galáctico, imperturbable.


Ya pasas de la edad de amarte,
Ya no hay manilla de oro,
Ya tus caderas son lineales.


Tu bastón de marfil, repuja en el viento sentenciando al visitante.
Ya no cantas.
Ni habitas en los parques tras golondrinas que despiden la tarde.
Pero  Mujer: ¡estas más sonriente!... no se si esta larga espera te hace feliz y sigues como siempre: escribiendo páginas de un diario interminable.


Si mujer, te veo y reanimas a la niña traviesa, y a la elegante dama de las tardes.
Nunca renunciaste al verso
Ni a la palabra,
Ni a la caricia,
Ni a tú punto de azúcar en el limón
Ni a tú juicio y  ni al perdón,
Tampoco al amor.
¡OH!...Mujer de todas las edades!


¡Mujer de hombre primitivos y caballeros elegantes!
¿Dónde guarda la manecilla del reloj suizo?.¿dónde está tú último brillante?
¡Oh!...Mujer que vives en el aire:
Haces poesía para no morir de recuerdos
Y deambulas sin prisa porque a tus años
se vive y se muere, en el mismo instante.



La autora:

Maritza Barranco: "Ando por los caminos tratando de atrapar un sueño. La intranquilidad de mi espíritu nunca ha reñido con el amor que me inspiran Yanet y Yamel y ahora se suman Gaby, Dany y Sofi, tesoros genéticos.Pero estudié Periodismo por el afán de búscar y buscar sin detenerme. Por eso me multiplico en diversos quehaceres: publicidad, ayuda a mujeres emigrantes, ventas inmobiliarias, sanación con reikin y otros saberes. Mantengo una gran apuesta conmigo misma. Combino colores para hacer mi arcoiris".
Blog de la autora Otros blogs suyos: Centro de gestión y ayuda a mujeres inmigrantes; Informativo dominicano; Haití memoria solidaria.

jueves, 8 de marzo de 2012

EN EL DÍA DE INTERNACIONAL DE LA MUJER



En el día de la mujer que son todos los días de su vida, quiero rendir este pequeño homenaje a las que nos precedieron. Son nuestro ejemplo.
En la foto: mujeres mapuches.

martes, 6 de marzo de 2012

"PIRATAS DE LOS HUEROS"



"Piratas de los Hueros". Aquí están nuestros nietos, Gael y Kilian.

Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.
(...)
Espronceda

Vida y literatura, ¿se puede pedir más?

viernes, 2 de marzo de 2012

EL FIN DE LA RAZA BLANCA de Eugenia Rico



Reseña: Pilar Alberdi

Comienza el libro con unas palabras de Isak Dinesen: «Sólo si uno es capaz de imaginar lo que ha ocurrido, de repetirlo en la imaginación, verá las historias, y sólo si tiene la paciencia de llevarlas largo tiempo dentro de sí y de contárselas, una y otra vez, será capaz de contarlas bien».
La obra está dividida en tres partes: Cielo, Purgatorio e Infierno que contienen doce cuentos. Además, dos relatos breves abren y cierran el libro. Algunos están escritos en tercera persona, otros en primera y en segunda.
Los temas de cada apartado, según mi punto de vista, son: en Cielo se trata de personas atrapadas en una situación simbólica aunque dentro de un contexto concreto; en Purgatorio, estamos ante la pérdida de afectos, seres, y objetos; en Infierno, las víctimas aunque señalen al culpable, en última instancia, al menos en cuanto al sentimiento y la conciencia, no serán salvadas.
Hay en estos cuentos un aura de terror, pero sobre todo de dolor.
Tras la lectura, algunos cuentos marcan mis preferencias. Entre ellos, «La línea gris» y «La noche de la Candelaria», ambos situados en tiempos de la Guerra Civil Española, y donde apreciamos el vocabulario propio de la época.
«¡Pobrecito mi hermano!, tendrá tanto frío allí en el cementerio, las tumbas estarán cubiertas de nieve y mi hermano estará allí detrás de un panteón desolado, no recuerdo si escondido ahí para no morir o si definitivamente muerto tras la lápida, no recuerdo, no puedo recordar si que se escondió allí y luego murió, mi hermano que llegó huyendo al Cementerio muerto y se recreo en las lápidas dormidas (...)».
Cuando leemos este cuento, y gracias al efecto de las constantes repeticiones, no dejamos de saber, por su carácter tan literario, que estamos ante un cuento, sin embargo, al final nos tocará profundamente. Además, en ese juego de palabras resaltan como pequeñas joyas varias comparaciones sencillas y que tienen que ver, especialmente, con la presencia de los personajes y cómo acceden o se mueven en determinados espacios.
En otros cuentos, también encontraremos esa apelación a un pasado, siglo XIX, y numerosas palabras («afeites», «enaguas frotadas con lavanda»...) y el detalle de determinadas costumbres y leyes sociales, como la dependencia de la mujer al varón, como era el caso de la disposición de sus bienes. Y esos detalles volverán a marcar la época como es el caso del cuento La gata negra que se recrea en el conocido cuento de Edgar Allán Poe.
Y lo mismo en el cuento «Tren de vida», dedicado a la Tripulación del tren Transcantábrico, relato que, seguramente, tiene relación con el origen asturiano de Eugenia Rico, y donde palabras como «atuendo, damas...» nos llevan a un tiempo que ya no existe.. Es un tema interesante el de este cuento, que comienza así: «Nunca antes habían vivido en un tren. Al principio les parecía imposible. Todo largo y estrecho, como la vida de un pobre,. Caminar siempre de lado, como si uno hubiera hecho algo malo. Y el camino que daba saltos, como si se hubiera vuelto loco. Y eran sólo las traviesas del tren, que subían y bajaban, para acariciar mejor los lomos de la tierra». Y la atmósfera, y el ambiente que se recrea en ese viaje, es también especial.
Estos cuentos están pidiendo alguna clase de justicia humana, de esa clase de justicia que no siempre llega, de esa que se le pide a Dios, o cuando uno es un niño espera de los adultos; ese es el hondo sabor que nos dejan estos relatos o que me han dejado a mí. Porque nunca faltará un malvado y un inocente. Porque al final, como se dice en el último de los cuentos del libro, y que bien podría ser la recreación de uno de los muchos de Las Mil y una noches, «todo se sabe y todo se oculta». Y sabemos que ha sido así antes, hoy y mañana, y también que muchas veces somos nosotros mismos los que nos negamos a saber la verdad, y quizá por eso, nos reconocemos humanos.
Les dejo a continuación la sinopsis de la contraportada, los datos de la autora y un enlace a la Editorial Páginas de Espuma.



La autora:

Eugenia Rico (Gijón, 1972) ha publicado las novelas Los amantes tristes (2000), La muerte blanca (Premio Azorín 2002), La edad secreta (finalista del Premio Primavera de Novela 2004), El otoño alemán (Premio Ateneo de Sevilla 2006) y Aunque seamos malditas (2011), así como el ensayo En el país de las vacas sin ojos (Premio Espiritualidad 2005). El conjunto de su obra recibió la Beca Valle-Inclán de la Real Academia de España en Roma. En 2011 fue elegida “Escritor en Residencia” por el International Writing Programm de la famosa Universidad de Iowa, por donde pasaron Carver o Richard Ford, siendo la primera novelista de España a la que le es otorgado este reconocimiento.


Sinopsis:

El fin de la raza blanca arranca con un estremecedor cuento que se mueve en el fino y desbocado equilibro de una línea gris y se interna en un viaje interior asediado por el estupor, lo absurdo, la crítica hacia un destino que nunca llega. Desde la relación de pareja, la piel y la basura que une a un hombre y una mujer, hasta la miseria colectiva e individual que se esconden detrás de conflictos como la I Guerra Mundial o la Guerra Civil española, Eugenia Rico es capaz de utilizar lo fantástico y cierta dosis de humor para, después, dejar paso a la crueldad ejercida por el poder, aunque sea en nombre de la caridad y el amor. Cielo, Purgatorio e Infierno.

MI QUERIDA "LUNA"