martes, 30 de abril de 2013

AHORA QUE TODOS SOMOS MÁS POBRES


Por: Pilar Alberdi

«Tengo la confianza lastimada». Juan Gelman

Para quienes no lo sepan les contaré lo que es la Pirámide de Ponzi. Ya existía en el mundo para cuando un italiano emigrado a América, Carlo Ponzi (1882-1949), la puso en marcha. Ocurrió en los años 20 del siglo pasado. A unos primeros inversores les prometía una gran ganancia, en cuanto estos recibían sus beneficios, lo comentaban a sus conocidos, y la base de la pirámide iba engrosándose con nuevos aportes de dinero que iban cubriendo los pagos a los primeros inversores. Al final, como no había tales inversiones ni tales ganancias reales, llegaba un momento en que los últimos no alcanzaban a recibir beneficios. Seguro que les suena parecido a algo... Sí, así hemos visto caer hace unos pocos años al banquero Bernard Madoff. ¿Les suena el tema de «las preferentes»? Y también hemos conocido la caída de la «burbuja inmobiliaria»... Este capitalismo especulativo que hace daño a la sociedad, nos hace daño a nosotros, simples ciudadanos, y destruye valores esenciales como la confianza y la justicia. Cuando se impone, la gente llega a vender su casa a cambio de poner ese dinero en manos de especuladores. A veces, son los Estados los que actúan de forma similar propiciando con sus políticas este tipo de comportamientos en los que prima la usura sobre el trabajo, en el que el valor de las pequeñas empresas se desmerece y la desindustrialización aumenta. Cuando miramos el mundo que nos rodea es lo que vemos, es más llegamos a la conclusión de que el poder económico domina sobre los gobiernos y el dinero se marcha (como nos explican) a «paraísos fiscales» que nadie parece querer controlar, mientras a la mayoría de la población se le recortan derechos básicos (sanidad, educación, vivienda...) y, al final, entre unos y otros, poco hacen por esclarecer la verdad, es más, la verdad es siempre tan peligrosa para algunos, que cuando surge alguien dispuesto a hablar, a dar nombres, cifras, caso de Julian Assange con WikiLeaks, corre enormes riesgos, y se le tacha poco más que menos de criminal.
Reconozcamos lo esencial, las personas viven tan ocupadas que no pueden estar pendientes de lo que sucede en el mundo, no alcanzan a seguir todas las noticias, sólo cuando hay una crisis, y con un poco más de tiempo por delante, la gente, sorprendida sin duda, como está ocurriendo en España, comienza a comprender los entramados que hay más allá y más acá de la política y que se traduce en casos de corrupción que conocemos,y en los que aún están por desvelarse. El día 23 o 24 de abril de 2013 todo eran buenas noticias para España, probablemente ante el temor de lo que pudiese ocurrir en la convocatoria de la plataforma que proponía asediar el Congreso el día 25, sin embargo, ese mismo día, los titulares de las portadas de varios periódicos en su versión digital decían por la tarde, que la cifra de paro superaba los seis millones doscientos dos mil trabajadores. Recién un par de días después, se comenzaba a reconocer, como dijo la ministra de trabajo que después de seis meses de recesión y sin crear empleo, pocas probabilidades había ya de crearlo. Mientras tanto han sido años de dejar a la gente sin esperanza y sin techo, de intentar comparar a los que exigían derechos con grupos radicales y, sobre todo, de querer engañarla. No es que no se haya dicho la verdad, es que se han dicho mentiras, y, además, se ha llenado el discurso de neologismos.
Es curioso, resulta que cuando por una causa natural (terremoto, inundaciones...) pierdes tu casa, el Estado te ayuda, los políticos acuden a fotografiarse con los afectados, el Jefe del Estado en persona o sus familiares les da la mano, sin embargo, frente a esta estafa generalizada de preferentes y desahucios en una crisis general propia de una guerra, no los hemos visto.
Ahora que todos somos más pobres, quizá exista algún camino. Y aún así, a mí el margen que desde Alemania quieren darnos para nuestra salvación, en una crisis final de austeridad sin inversión que nos han impuesto ellos, me parece ridículo. Lo mismo que a ella le debería preocupar su credibilidad. Porque ¿hablamos de Europa o de Alemania...? Me temo que siempre hablamos de Alemania y de una Europa fantasmagórica que se ha apoyado para imponer sus políticas de austeridad a los países del sur en estudios que estaban equivocados, realizados por expertos del FMI (Fondo Monetario Internacional) y que un estudiante de doctorado acaba de desmontar hace unos pocos días, sin proponérselo, sólo porque formaba parte de su estudio. Y me pregunto: ¿cómo puede Europa, cómo puede España, imponer una política en estudios que se han demostrado falsos? Es fácil, si una autoridad lo dice... Ahí percibimos el fatal condicionamiento que supone una autoridad a la hora de obedecer, tema del que hablaré otro día.
Se reunían ayer los ministros de economía de Alemania y España, y ¿qué ofreció el primero como ayuda para facilitar el crédito a las PYMES (Pequeñas y medianas empresas españolas)?, "la participación de empresarios alemanes como socios de las empresas más competitivas". ¿Es que acaso son las que más lo necesitan? ¿Eso no se llama negocio puro y duro? Verán, las que necesitaban ayuda son las que ya tuvieron que cerrar, y las que lo siguen necesitando, igual que el resto de la sociedad son todas las demás.
Esta visto que Europa, desde hace tiempo es un gran negocio para algunos. Se les da dinero a los bancos españoles para que paguen sus deudas a los bancos franceses y alemanes bajo la responsabilidad del Estado español, es decir de todos nosotros. Mientras tanto, cierran negocios y empresas, y la gente se queda en el paro. Veamos, la mayoría de los grandes supermercados son franceses, compramos muebles a empresas de Europa del norte, los chinos llegan con sus productos, abren miles de tiendas, y se llevan las ganancias a su país. Importamos alimentos que podríamos producir en España, sólo porque para algunos es más rentable la ganancia que obtienen en ese trasiego, mientras nuestros agricultores abandonan el campo.
Hasta la publicidad se ha vuelto tan irónica, que la propaganda de una bebida gaseosa, habla de quiénes nos gobiernan como sillas vacías... Es decir, eso, que está más allá de esas sillas que alguien o algo ocupa de manera invisible.
Estoy segura de que ya ven claro lo que es la Pirámide de Ponzi. El cinismo de algunos llega a tal punto que el presidente de una importante compañía, hay dos o tres compañías que son las dueñas de casi todos los productos que, a través de otras marcas, usted puede tener en su despensa, ha sugerido que es tiempo de privatizar el agua. Por exigir... ¿Qué más quieren? ¿Luego será el aire?
Se puede fallar por acción y omisión. Y es lo que vemos a diario.
Pero ¿qué hacemos cada uno de nosotros? También somos parte de este montaje, de este enorme entramado, de esta pirámide que nos hace creer que si tenemos un título universitario tendremos trabajo o que si se fabrica ropa en España costaría más cara que en otros países, cuando lo único que realmente sucede es que alguien se queda mucho dinero por el camino.
No parecen nuestros gobiernos, ¿son nuestros, realmente?, capaces de luchar contra la deslocalización de empresas, ni de controlar las importaciones, ni de pensar por sí mismos.
Esto es lo que hay. No, hay algo más. Mañana es 1 de mayo, Día de los trabajadores. ¡Qué ironía, haber luchado por tantos derechos, haberse perdido tantas vidas por el camino, y que nos los quiten tan rápidamente!

MÁLAGA EN ABRIL



Tiempo de renovar geranios, alegrías del hogar...

jueves, 25 de abril de 2013

"PALABRAS PARA JULIA"




Este mediodía los titulares de las portadas de los principales periódicos digitales españoles publicaban que se ha llegado a la cifra de más de seis millones de parados.

viernes, 19 de abril de 2013

EL GRECO



EL GRECO. Una visión de Fernando Arrabal


Reseña: Pilar Alberdi


«... y el Greco había captado que la belleza es paciencia»

El libro se compone de dos textos de Fernando Arrabal, el primero un ensayo sobre El Greco (1541-1614) publicado por las Editions Flohic, en París, en 1991. En el se trata sobre la vida y la obra del pintor; el segundo, es una conferencia, en las que se estudia y compara las personalidades, pero también el trato dado a El Greco y a Velázquez, tanto en el momento de sus vidas como posteriormente.
En 1881, el director del Prado, se queja «de no poder arrojar del museo los cuadros del Greco» que están en el depósito del Museo y a los que califica de «caricaturas absurdas». Mientras tanto, Francisco Mateos Gago, «un prestigioso crítico de la época, lamenta que el pintor no se quedara en Grecia». Hablan de obras que ni siquiera están expuestas al público.
¿Qué pensaba, posteriormente, un contemporáneo nuestro, Andy Warhol, un artista del siglo XX? Lo escuchamos: «El Greco es el dios de la pintura». Siguiendo esas palabras, Fernando Arrabal, conocido escritor y autor de teatro español, que reside en Francia, busca y encuentra más palabras dichas por personalidades artísticas de la talla de Delacroix y los pintores románticos, y cita a varios escritores como Baudelaire y Gautier ,quienes sienten verdadera pasión por «el loco genial de Toledo». Pero el hecho, no se queda ahí, a partir de 1894 le admiran y hacen gestos a su favor: Rusiñol, Zuloaga, Rilke, Jordá, Uranga... Y ya en 1898 se suman Baroja, Galdós, Unamuno, Azorín, Giner de los Ríos, Cossío. A otros, por el contrario, les desagrada profundamente la obra de El Greco, es el caso del filósofo José Ortega y Gasset, el de Huxley, Claudel, Cocteau... ¿Qué dicen? Resaltan su erotismo, que hoy entenderíamos de tipo homosexual, y la escasa importancia de la mujer en sus obras.
Escribe Fernando Arrabal: «(...) cuando decide abandonarlo todo, salvo su biblioteca y su compañero del alma. Iban a vivir juntos los tres durante 37 años, en tierra de exilio, en Toledo, la antigua capital de los reyes de Castilla». Por aquel entonces, habían pasado cinco años de la trágica batalla de Lepanto, aquella en la que participó Cervantes, dato que añado para que podamos situarnos mejor en la época. Lector de clásicos griegos y latinos, El Greco dejó a su muerte en 1614, doscientos cuadros y ningún testamento.
Nos dice el autor de este esclarecedor texto sobre la obra del griego, que el pintor invierte el lugar en donde vive, es decir, si aquí firmaba los cuadros como E poie Kres («lo hizo el cretense») o Krespoiei («el cretense lo hizo»), en Creta, de haber regresado, quizá los habría firmado como «el español». De hecho, llama la atención Arrabal sobre varias pinturas de Toledo, en las que el artista ha modificado el lugar que ocupan algunos edificios en el plano de la ciudad, como es el caso de la Catedral. Hecho que para quienes no sean de Toledo, seguramente, pasará inadvertido.
Al analizar la obra del pintor, en aquel difícil tiempo que le tocó vivir, Fernando Arrabal, afirma: «De la prudencia, de la sensatez, del patriotismo y del conformismo obtuvo los únicos galardones que podía recibir sin mancillarse: el desdén, la indiferencia y la reprobación». Y aún se admira de que el pintor, extranjero además, lograse sobrevivir en aquella España y aquel tiempo, donde el poder político de la mano de la religión, marcaban a cualquier sujeto que se apartase de la norma.«Pintó para meditar y meditó para pintar, para nutrirse de ciencia, quimera y verdad». Y sobrevivió.
De los dos textos que integran el volumen, el último, la conferencia que Fernando Arrabal leyó en la Universidad de Cergy-Pontoise, titulada «Velázquez y El Greco»,analiza el distinto trato recibido por el que fuera pintor de la corte, Diego Velázquez, y por el extranjero que había llegado de Creta. Es decir, por el pintor, carente de recursos económicos y de prestigio que era El Greco, en comparación con quien sí recibió, mantuvo y hasta legó a alguno de sus familiares, cargos que el favor del rey le concedió. No fue sino en el siglo XX cuando por primera vez se le da a la obra de El Greco un lugar de exposición en el Museo del Prado, circunstancia que la mayoría de nosotros ignoramos, porque siempre hemos visto colgados sus cuadros en esas salas.
Personalmente, siento admiración por los dos pintores, he visitado numerosas veces el Museo del Prado, y los cuadros de Velázquez están allí para sorprendernos, especialmente, la modernidad de Las Meninas. De los del Greco, se recibe esa impresión duradera y esa visión única, detallista y especial que sugiere y acaso contesta en sí misma tantas preguntas. En lo personal, nunca olvidaré la visión de la pintura El entierro del señor Orgaz, más conocido como El entierro del Conde de Orgaz en Toledo (1586-1588), en la parroquia de Santo Tomé, un atardecer todavía primaveral, en que la luz entraba de un modo especial por las vidrieras y el río Tajo corría muy cerca de allí, curso de agua y ciudad, a la que también cantó otro grande de aquella tierra como fue Garcilaso de la Vega (1494-1503). Quise repetir esa experiencia alguna vez más que fui de visita, pero nunca fue igual el momento ni la luz.
Este conjunto de textos de Fernando Arrabal, que pone la atención sobre los problemas con los que se topan los artistas en su camino, es una bella demostración de que lo excelente, en el plano artístico, al final encuentra su sitio, pese la falta de tolerancia de una época, el ninguneo de los mediocres y la indiferencia de los lacayos de turno. Como dice Arrabal: «... el Greco había captado que la belleza es paciencia». Quedémonos con esas palabras.


Sinopsis contraportada:

«...pinta El Greco como lo que es: el 'sin papeles' al cubo, el exiliado entre los exiliados, el vagabundo apátrida que ha vadeado el mundanl ruido en la barca de la confusión... todo vacila, ambiguo, bajos los pies de este cretense»

Página web del escritor Fernando Arrabal.

Otro libro en esta colección:


Visita el catálogo de Casimiro Libros.

miércoles, 17 de abril de 2013

ESPERANDO EL CANTO DE LOS GRILLOS



El grillo, Josquin Des Pres (1440-1521).
Esperando el canto de los grillos, ahora que empieza "la caló", como se dice en Andalucía.

domingo, 14 de abril de 2013

EL PÓRTICO DE LA LUZ



Tres poemas de El pórtico de la luz

LA COLINA


Bebíase entera la negritud
de la noche.
Ni una sombra de nube
pacía en su espesura.
No sé por qué soñamos, siempre,
el mismo sueño:
el patético canto del buchón;
las hojas de los chopos, dándonos
las últimas horas de un otoño
que parte hacia el invierno.
Me pregunto quién —aparte de nosotros—
habita esa colina.
Quién la nombra.
Quién la hizo suya,
por un par de versos...
Es nuestro: el recio sonido
de los lomos de los pinos;
el bosque de robles
y el posible aquelarre;
el enhiesto colmillo
del jabalí que busca
en la embestida del hayal los frutos.
Ángeles custodios vendrán
a repartir nuestros tesoros
entre columnas de castaños,
templos de nogales,
coros de manzanos,
frisos de avellanos.
El poder, amigo mío, el poder...
nosotros también lo hemos conocido.
¡A qué negarlo!
Aún nos intimida el verso
que nos da la vida...
Y esa luna, atrapada entre los pinos.


Puedes leer más poemas en el siguiente enlace.

MÁLAGA EN ABRIL


Primavera, y vuelos en parapente con motor sobre la playa. Causa un poco de admiración su libertad sobre las olas... Es algo que a partir de estas fechas se repite mucho los fines de semana.


sábado, 13 de abril de 2013

¿QUIÉN SE LLEVA NUESTRO DINERO?



¿Quién se lleva nuestro dinero? ¿Quién hunde las economías de los Estados? Esto ocurrió en latinoamerica, hoy en Europa, ¿mañana? Aquí, los Estados y los ciudadanos tienen que ir juntos. Un nuevo paradigma. Y, además, el imperio de la economía China. Creer que esto cambiará por sí mismo, es un error.

viernes, 12 de abril de 2013

RETRATO DE ESPAÑA



Por: Pilar Alberdi

Ayer vi una imagen que me dolió: la reina en Mozambique rodeada de unos niños pobres. Pensé: cuánto me hubiera gustado a mí ver a esta mujer junto a un niño español desahuciado. También me habría gustado ver a Felipe González, quien ha dicho hace un par de días, que los que hacen escraches se comportan muy mal con los niños de los políticos. Le faltó decir lo mismo de los niños de las familias desahuciadas que han visto cómo, mientras sus vecinos y otras personas los defendían, la policía, con ayuda de algún cerrajero o algún bombero, que luego también se han negado a seguir actuando de este modo, rompía las puertas de sus casas para poder arrojarlos a la calle. Es verdad que también me habría gustado verles acercarse a los que quieren una educación y una sanidad pública. En fin, a todo lo que hasta ayer, ¿o estoy equivocada? Era para todos nosotros lo mejor que tenía España, antes de que comenzara esta ola de desahucios y suicidios, de manifestaciones y golpizas, de recorte de derechos y que tanto me hace recordar la indolencia que muestra esa terrible novela de Galdós: Misericordia repleta de «pobres de solemnidad» y políticas de tres al cuarto. Esa historia en que la criada mendiga va a las puertas de la iglesia para salvar a la familia para la que trabaja.
Pese a la gran cantidad de mentiras e irresponsabilidades que hay que soportar a diario, una no puede dejar de empezar el día, sin mirar los diarios digitales. Periódicos, que como sabemos tienen un accionariado con sus propios intereses. Lo digo, por aquello mismo que dijeron grandes filósofos del siglo XX, que nada es inocente, ni siquiera la ciencia, que está condicionada por quien decide qué quiere observar y cómo. ¡Cuánto nos dan para pensar las noticias! Incluso vemos cómo cambian los enfoques debido a lo que imaginamos son presiones.
Después de mirar los periódicos, como digo, y ya a punto de amanecer, llega el momento de entrar en twitter y ver qué es lo que importa hoy a los ciudadanos del mundo y en especial a los de España, y como siempre, lo que piensan aquí está muy claro, les preocupa la corrupción, la irresponsabilidad política y el engaño continuado a los ciudadanos; y, por supuesto, el paro y la desprotección social.
Entre las alegrías recientes, la de saber que la Junta de Andalucía,comunidad con un altísimo índice de paro, defenderá a los condenados a nuevos desahucios a través de expropiaciones de esas viviendas a los bancos. Me queda claro que si antes estábamos ante una política de partido, ahora comenzamos a ver, y se ha tardado años, que no es poco, una política de personas de esos partidos que sobresalen por querer hacer algo mejor que lo que se ha hecho hasta el momento. Esta nueva actitud también nos permite observar con más detalle a los que los que lo continúan haciendo peor cada día.
Proponía yo hace semanas en twitter medallas al valor o al mérito para los pequeños empresarios de este país, para los que ya se han visto obligados a cerrar sus empresas, y para los que tambaléandose entre deudas, aún sobreviven. Medalla al mérito también para el juez que elevó su instancia a un tribunal europeo que dictó que la ley hipotecaria española es injusta; para los jueces que decidieron demorar la resolución de desahucios en tanto no se aclarase ese tema; para los médicos y otros profesionales que atienden a los inmigrantes que se ha dejado sin cobertura médica; para los miembros de la Plataforma de los Afectados por los desahucios (PAH) y los de otros movimientos sociales. Medallas al mérito para los trabajadores que han perdido sus empleos y para los que temen perderlos. Medallas al mérito, en suma, a quienes piensan por sí mismos y tienen la capacidad de decidir qué está bien o mal y qué es justo o no, al margen de decretazos o de obediencias de partido.
La negación de la realidad social por algunos llega tan lejos que ayer, por ejemplo, leía que se multaba con 6.000 euros al Real Madrid por las bengalas que varios aficionados habían encendido con peligro para las vidas de otras personas en las gradas del Bernabeu; casi al lado, otra noticia decía que el precio por cabeza de un participante en un escrache toca a 1500. Es decir, a ciudadanos que ya deben injustamente, se les somete a nuevas deudas. Pero, ¿de verdad es este, el modelo de democracia que entre todos queremos para España? Yo no voté la insensibilidad, la indolencia, el ninguneo, la diáspora de los más jóvenes obligados a marcharse, a vivir en el desarraigo. Los datos son estos: sólo el año pasado, 38.000 desahucios; y en total son ya casi seis millones de personas sin empleo. Mañana puede tocarte a ti o a mí. Se salvó a los bancos pero, en dónde ¿están esos dineros que no llegan a la ciudadanía? Quizá, en Alemania... ¿Hasta dónde tiene que endeudarse España? Es hora de pedir cuentas. La cuestión esencial es que el 75% de puestos de trabajo de este país, no los generan o mejor habría que decir generaban, esas grandes empresas que dicen exportar la marca España, sino las pequeñas, esas que chapotean en el agua enlodada de esta crisis, que más que económica y financiera es política, y ven cómo surgen como setas, los carteles de «se vende» o «se alquila» en las fachadas de las naves de los polígonos industriales, bajo cuyos techos yace muerta, la maquinaria que un día tuvo una función productiva. Y lo mismo puede decirse de los locales comerciales en las calles de nuestros pueblos y ciudades. De verdad que España necesita ayuda, pero de la de verdad, la honesta.
Ayer a la noche mientras miraba la televisión, recurso que salvo que esté viendo una buena película,utilizo como adormidera, en fin, ya sabemos, que la televisión es el nuevo «opio del pueblo», veía la publicidad: coches y más coches, ¿quién puede comprarlos? Deportistas éxitosos promocionando productos... Y hasta publicidad de antiguas Cajas de Ahorro reconvertidas en bancos, eso veía...
En fin, lo dejo por hoy, pero hay qué ver todo lo que me ha dado para pensar una sola fotografía, la de la reina junto a unos niños pobres de Mozambique.



(Foto: derechos adquiridos en Fotolia)

MÁLAGA EN ABRIL


Conejito o Antirrhinum. Son hermosas, de colores variados, y, además, los adultos las utilizamos para hacer sonreír a los niños, ya que al apretarlas se puede imitar el movimiento de una boca de conejo. A mí me encanta recoger algunas y saludar con ellas a mis nietos más pequeños. Ellos, sorprendidos, las miran como a marionetas o muñecos.



sábado, 6 de abril de 2013

EL BANQUERO ANARQUISTA Y LA TIRANÍA


Reseña: Pilar Alberdi

Dice José Saramago sobre el autor de esta obra, Fernando Pessoa: «El funcionario que escribía a deshoras El libro del desasociego publicó en vida pocos de sus escritos y El banquero anarquista es uno de ellos».
La obra nos presenta la vida de un joven convencido de que debía luchar por los desposeídos de la tierra, entre los que él mismo se contaba. Al elegir su creencia política,se decantó por el anarquismo que mantuvo, incluso, cuando llegó a banquero. Su preocupación esencial se basaba en cómo hacer para vencer las «ficciones sociales», esas que nos dicen en todo momento quién manda y a quién le toca obedecer, es decir ese mundo de las conductas sociales reflejo del poder político y económico.
«El verdadero mal, el único, reside en las convenciones y las ficciones sociales, que son las que se superponen a las realidades naturales». Porque ante la Ley Natural, piensa el joven, todos somos iguales, nacemos desnudos y desnudos nos moriremos. Sin embargo, un nuevo descubrimiento le revelará que este hecho también tiene sus falacias. Ni siquiera ante la Ley Natural somos iguales, y buscando una interpretación, acierta a pensar que es como si generación tras generación de personas acogidas en los ordenes sociales establecidos la hubieran contaminado, es decir, que nuestros genes ya traen impuesta la marca de lo social, de quién mandará y quién no por aprendizaje de nuestros antepasados... Y, además, cómo para lograr la justicia y la igualdad hay que formar un nuevo poder que mandará sobre el resto de las personas, no hay, parece, forma de cumplir su ideal de ser todos iguales.
«Atravesé —dice la persona que llegó a ser banquero— momentos de incredulidad, y no dirás que no estaban justificados. Soy materialista, pensaba; no tengo otra vida que ésta; ¿para qué tengo que agobiarme con propagandas, desigualdades sociales y otras historias, cuando puedo disfrutar y divertirme mucho más si no me preocupo por esas cosas?»
La obra que es una reflexión sobre la «buena conciencia», esa, que con mil razonamientos nos permite dormir en paz por las noches, es un interesante estudio sociológico y político, no sólo de cómo llegamos a ser capaces de encontrar cualquier justificación para nuestras creencias y actos, sino de los canónes que imperan en la sociedad. Si el libro se hubiera llamado: «Las buenas conciencias» también habría sido un gran acierto. Porque, de algún modo, también explicaría, sin pretenderlo directamente, el comportamiento de aquellos que creen que con ellos no va la cosa, que los problemas no son también suyos hasta que les tocan personalmente. Y entonces ya no pueden decir: «Yo de política no entiendo nada».
El segundo texto de este libro, es la base de una obra que Fernando Pessoa dejó inconclusa, y que lleva por título La tiranía.
Lo que ambos textos muestran es el interés sociopolítico que el autor mostraba por la realidad de la que era parte y de la que también se sentía responsable como ciudadano y escritor. Consideraba que el intelectual tiene una responsabilidad y un deber, el de favorecer el camino a la inteligencia, el de aportar ideas y mostrarlas.
Muchas frases se podrían extraer de este último texto, entre ellas, sin duda, esta: «La estabilidad social disfraza la existencia de una tiranía absoluta», sólo cuando este equilibrio es roto, se ve con claridad por la mayoría, quién la ostentaba y a quienes servían sus fines.

Palabras de la portada:

El banquero anarquista atrae por el carácter de sátira que contiene. En él se desata el humor como la puesta en evidencia de la literalidad. Las cosas desnudas, sin cáscara ni máscara, mueven a la risa. Porque la risa ablanda la desnudez cruda de las cosas. Y esta sonrisa irónica y finalmente mordaz que nos llega inmersos en la lectura de este libro, analiza un mundo gobernado por dos convenciones gigantescas: la política y la economía, y mediante un diálogo casi platónico, revela el hueso limpio de carne de estas dos bases del sistema de cualquier sociedad actual.

La editorial:
Mono Azul Editora.
Visita su interesante catálogo.

MÁLAGA EN ABRIL

martes, 2 de abril de 2013

«¿SON LAS CIUDADES OBRAS DE ARTE?»



ROMA, FLORENCIA Y VENECIA de Georg Simmel.


Reseña: Pilar Alberdi


«¿Son las ciudades obras de arte? En Italia seguramente sí». G. S.


El primer artículo de Georg Simmel que forma parte de este libro se titula: Roma, un análisis estético y da comienzo con las siguientes palabras: «Quizá, el profundo atractivo que ejerce la belleza se deba a que siempre adopta la forma de unos elementos que son, en sí mismos, indiferentes y ajenos a ella y que adquieren valor estético sólo en virtud de su combinación. La palabra aislada, la mancha de color, el ladrillo o un sonido suelto carecen de valor y sólo lo reciben, como un regalo que por sí mismos no merecen, combinados en una forma que desprende belleza». Y que no tendrían ese valor si no hubiese alguien que lo observase de tal modo. La belleza que se da de manera contingente en la naturaleza, es decir, como por azar, los hombres lo han conseguido en sus ciudades. Y brilla más este ejemplo, cuanto más azarosa es esa mezcla, como ocurre en los núcleos antiguos de las urbes. Es el caso de Roma, y el de otras muchas ciudades, en donde distintas generaciones y culturas se han ido sumando progresivamente con sus aportes. «La belleza de Roma —dice el autor — nacida azarosamente de la conjunción de puntuales creaciones humanas».
Hay algo de intemporal en Roma que es lo que llama poderosamente la atención. La han cantado autores como Byron o Goethe, a los que cita Simmel, y otros que me atrevo yo a sumar aquí, para que no falte el aporte español, como Quevedo, en un bellísimo soneto, o como Gerardo Diego o Alberti, poetas de la Generación del 27.
«El que Roma pueda ser percibida de tantas maneras y sus impresiones, interpretadas tan diversamente, siendo siempre una misma Roma, un solo foco del que nacen tan diversos rayos, viene a ser la expresión máxima de su grandeza estética» concluye el autor.
El segundo texto se ocupa de la ciudad de Florencia. Simmel no tiene dudas en afirmar que la naturaleza se hace eco permanente en la ciudad y el arte surgido en ella, se limita a copiarla. Cita como ejemplo a Miguel Ángel. Una búsqueda que, siguiendo los cánones clásicos, se impregna del ser humano y del paisaje.
El tercer artículo dedicado a la ciudad de Venecia enlaza con el tema anterior, indicándonos cuán diferentes pueden ser los palacios de una y otra ciudad. Los de Florencia, tan «orgullosos y señoriales», ostentosos de un poder diferencial y hasta de gloria, señal de riqueza igual que los de Venecia, pero mientras los primeros se imponen, los segundos, verdaderos «juegos preciosistas», enmascaran en su parecido sus propias diferencias volcadas en el interior y en todo lo que puede suceder en ese ambiente principesco y doméstico. «En Venecia —escribe Georg Simmel— todo el mundo camina sobre un escenario» al que ni siquiera afectan los cambios de estación. No en vano el valor de la máscara y el carnaval, de la apariencia frente a lo real.
Y, ya por último, se reúne en este libro una conferencia titulada Las grandes ciudades y la vida del espíritu que Georg Simmel leyó en Dresde en 1903. El escritor analiza qué son las ciudades modernas para las personas, cómo se vive en ellas, qué representan para el conjunto de un Estado, cuáles son las diferencias esenciales con las pequeñas. Llega a interesantes conclusiones sobre el tipo de individuo que se da en ellas, las razones que marcan su existencia, y su forma de entablar las relaciones. Si los cuatro textos brillan por el interés que despiertan, este, que abarca aspectos políticos, sociológicos y psicológicos nos muestra cómo el mismo anonimato que nos permite ser, nos limita para mostrar nuestra «propia personalidad en el marco de la gran ciudad» en donde nadie o sólo unos pocos podrían reconocernos, saber quién somos, saludarnos.


Accede a este y otros libros de la editorial Casimiro en el siguiente enlace
Otros libros de Georg Simmel en Casimiro Libros:
Filosofía del paisaje
El rostro y el retrato
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