lunes, 3 de noviembre de 2025

¿POR QUÉ NOS PRESENTAN A LOS ROBOTS COMO SALVADORES?




Pilar Alberdi

 

INTRODUCCIÓN: 

 

Tras la visión de la película Un amigo para Frank, lo primero que quiero decir es que la película de Jack Schreier se llama en inglés Robot & Frank  y en el área hispanoamericana: Frank y el robot. Dicho lo anterior pareciera que el título elegido para España es el menos real de todos, porque el robot que, además, no tiene ética, es decir, no le han programado adecuadamente estas funciones o alguna función similar, no puede ser un amigo, acaso un cómplice.

Elijo, pues, para tratar este tema la cuestión sobre «las incidencias en las relaciones interpersonales y personales» de robots con humanos.

De los robots sabemos lo básico, por ejemplo, cuándo se utilizó la palabra por primera vez, en qué novela (R.U.R. del escritor checo Karel Capek, 1920); luego, qué escritor (Isaac Asimov), derivó a partir de la anterior la palabra «robótica»; quien creó el primer robot de tipo humanoide y cuáles fueron los posteriores. Es decir, existe ya una historia de los robots. En realidad, la información se consigue fácilmente y de este modo hasta podemos saber dónde se encuentra el robot más remoto, reforestando una zona del Amazonas y dirigido desde un país europeo. También podemos saber de cuántas partes y articulaciones consta un «brazo robótico» que imita un brazo humano. Cualquiera diría que estamos demasiado bien hechos como para imitarnos…Tenemos «robots de compañía», también llamados «asistentes personales», incluso con posibilidades sexuales, pero capaces de mantener una conversación mínima con IA. Por estas fechas están promocionando mucho a una robot de nombre Aria. Y conocemos los nombres de muchos otros, por ejemplo, el Optimus que está desarrollando Tesla.

¿Por qué es importante el nombre? Sabemos de la importancia del nombre. ¿Un nombre humaniza? Emulan en esto a las personas; ya sabemos la importancia del nombre en Grecia, en la antigua Roma y ahora en esta «Modernidad líquida» (Zygmunt Bauman).  Hay robots móviles «camareros», «recepcionistas»; hay grandes brazos paletizadores, pintores, etc., especialmente en las industrias de coches. Y aunque van reduciendo el precio, un robot acompañante no cuesta menos de 10.000 euros.

Pero cuando se busca información, de la que apenas se encuentra es, precisamente, de ese otro tipo de referencias y explicaciones que necesitaríamos para comprender mejor la cuestión. Querríamos que alguien nos cuente sobre los intereses que priman en las empresas tecnológicas para avanzar en este sentido, en parte, porque se consiguen subvenciones e inversiones, y porque la categoría «innovadora» recorre todo el espectro de los retos científicos actuales. Evidentemente, las compañías que consiguen mejor rendimiento son las que cotizan en bolsa. Una buena noticia sobre sus robots y sube el valor de su acción. Pero los robots no forman parte de una historia nueva, habiéndolos de tan distinto tipo los conocemos de hace bastante tiempo: aplicaciones en medicina y farmacia; pilotos automáticos de los aviones; actualmente los drones sin tripulación, etcétera.

 

EVALUACIÓN CRÍTICA: VEJEZ Y ROBOTS

 

Por un lado, se reitera la conveniencia de los «robots de compañía para mayores». Leo en prensa que una cadena de geriátricos está muy orgullosa porque tiene uno. Lo están probando. He mirado con atención su foto. Lo que observo: un objeto inerte. Dicen que lo usarán para mejorar la socialización y las actividades cognitivas de los residentes. Pienso que la persona que ha escrito el artículo no ha estado cerca de personas mayores, peor aún, pienso que no se conoce a sí misma. ¿Qué podría hacer por esas personas este robot ayudante? Si tiene un banco de datos con las fotografías de los residentes quizá pueda saludarles llamándolos por su nombre o recordarles que tomen la medicación.

Mientras a algunos les interesa hacer ver esto como «el progreso», una investigadora española Lola Cañamero dice que el robot podría ser una ayuda con mayores, al modo en que lo son hoy otros aparatos, que sirven para alertar, monitorizar, dispensar medicación hasta que lleguen los humanos. Pero, no podrá «cuidar» en el sentido más básico del término. Entonces: ¿por qué hay este interés permanente en hacernos creer lo contrario? El aumento de la población mayor, nos dicen, en Japón y Europa, al tiempo que se comienza a ofertar en Suiza los servicios de una cápsula robotizada, la Sarco pod, para eutanasia asistida, es decir, para suicidio asistido y se publicita como una buena solución para parejas mayores.

Esa entrevista a la investigadora española que lleva un equipo de investigación en Inglaterra se inicia con la siguiente pregunta: «¿Hay inteligencia sin emociones? Y la respuesta es: “Las emociones son el primer elemento de la inteligencia”». O sea, un robot puede utilizar IA pero no tiene ni conoce qué es una emoción. ¿Podemos decirlo ya? No es inteligente en el sentido humano, puede ser sí, muy superior en cuanto a extracción de datos, computarización y otras posibilidades. La investigadora explica que están investigando cómo ganan los niños funciones de inteligencia en relación con las emociones como para intentar avanzar en ese sentido con los robots. Miedo me da. Me recuerda la película: I am Mohter (2019) de Ciencia Ficción donde una «madre robot» será la encargada de poner en marcha la renovación de la especie humana gracias a una joven a la que ha enseñado cómo ser madre y atender a la futura selección y crianza de embriones criogenizados guardados en un lugar de alta seguridad.

Resumiendo: No soy Hunter, el hijo de Frank, buscando una solución para los problemas del padre, que a la vez son una parte de sus propios problemas. No soy la hija que se desentiende, está lejos, de viaje, viviendo su vida en remotos lugares, pero llamando al padre para decirle que eche al robot de la casa. No soy Frank, al menos todavía no padezco su demencia. No soy el robot, esa programación tan limitada que no puede distinguir qué es el bien y qué el mal y que jamás tendrá sentimientos. Pero sí puedo hacer algunas preguntas y tomar en cuestión algunas consideraciones porque sí he tenido padres mayores y yo lo voy siendo ahora.

Una persona no es una cosa. Una persona no es un limitado robot. Podrá ser de plástico para parecer menos frío, pero siempre será un robot. ¿Cuántos años de programación necesitaría este robot para saber realmente qué persona es una? ¿Cuánto tardaría en comprender los valores morales que esa persona defendió o defiende? ¿Podría limpiar y cambiar a una persona mayor, ponerle pañales? ¿Alegrarla, consolarla, acudir al hospital todas las mañanas de su convalecencia para peinarla, para quererla más si cabe todavía? Comprender en qué medida por hechos como la enfermedad, está en juego su dignidad como persona que espera seguir siendo respetada, ¿sabrá algo de esto el robot? ¿Quién se lo va a enseñar? ¿Un joven ingeniero feliz de tener pocas responsabilidades familiares y ningún hijo? ¿Una empresa que solo busca rendimiento económico? ¿Sería capaz ese robot de aplicar una nutrición enteral? ¿De soportar sofocos, ahogos, diarreas, vómitos? ¿Lo sería de atender al dolor de una despedida filial; o el de cerrar los ojos de un fallecido? ¿Los próximos robots los harán con lágrimas para que parezcan más humanos? ¿Sabría ese objeto con IA a qué le gustaba jugar de niña o niño a esa persona hoy mayor, de qué modo les educaban sus padres en aquella época, a qué edad tuvo su primera menstruación, qué verano dio su primer beso de lengua, cuál fue el nombre de su primer amor o el nombre de la empresa en la que consiguió su primer empleo, o los nombres de sus tíos y primos, o el día que se casó o el que se separó o se divorció o aquel en que se le murió una hija?

Un robot nunca será humano, le falta consciencia, le falta también esa inconsciencia que le permite hacer tantas cosas a una persona como atarse los zapatos o conducir el coche sin pensar en ello o incluso, tomar una decisión pasional, equivocada. No digo que algunos robots no sean necesarios, lo son y mucho, en la industria y en otros servicios, pero no juguemos a personalizar lo impersonalizable.

A día de hoy, un robot, con la tecnología actual, no está ni tan siquiera en disposición de cumplir con las tres leyes de la robótica que nos dejó Isaac Asimov en su novela, Yo, robot.

A día de hoy, y por mucho tiempo, un robot seguirá siendo un robot.

 

Referencias:

Ella es Aria, la robot para solteros que cuesta más de 10.000 dólares; cómo comprarla

https://www.infobae.com/tecno/2025/01/26/ella-es-aria-la-robot-para-solteros-que-cuesta-mas-de-10000-dolares-como-comprarla/

Un robot doméstico para cuidar a nuestros mayores

https://www.bbva.com/es/innovacion/robot-domestico-cuidar-mayores/

Tres leyes de la robótica

https://es.wikipedia.org/wiki/Tres_leyes_de_la_rob%C3%B3tica

Lola Cañamero: Los robots aprenden a hacer cosas para nosotros sin molestarnos

Entrevista de María Pilar Perla Mateo. Heraldo de Aragón, 26-03-2013

http://prensa.unizar.es/noticias/1303/130326_z0_17.pdf

Los cuidados del futuro: ¿pueden los robots atender a personas mayores o enfermas?

https://elpais.com/proyecto-tendencias/2023-12-21/los-cuidados-del-futuro-pueden-los-robots-atender-a-personas-mayores-o-enfermas.html

 

domingo, 19 de octubre de 2025

¿ES LA VIDA UN ARCANO?


 


Pilar Alberdi


¿Es la vida un misterio? Mensajes y advertencias proféticas, visiones, revelaciones, predicciones, secretos, precogniciones… parecen manifestarlo.

Por esta razón he elegido dos libros para comentar en esta ocasión, los dos muy valiosos en su cometido. Uno es Revelaciones de Javier Reyes Ayral, donde ha recogido las principales revelaciones marianas, y el segundo Los profetas del bosque de José María de Cota y Catalá, en este caso son 75 vaticinios que abarcan desde la Edad Media hasta nuestro tiempo, realizadas mayoritariamente desde la perspectiva de personas a las que consideraríamos laicas.

(Al final de este trabajo dejo bibliografía y enlaces a videos y artículos para aquellos que quieran profundizar sobre este tema). 

 

REVELACIONES: JAVIER REYES AYRAL 

 


 

El ensayo reúne las más importantes revelaciones marianas de los últimos siglos, aunque he echado en falta un espacio mayor para las de Lourdes.

Bien ¿qué tienen en común la mayoría de estas profecías y advertencias? En ellas, hay descripciones que se cumplieron con la llegada de la Primera y Segunda Guerra Mundial, y anticipos de lo que podría ser la Tercera. A esta tercera corresponde el tercer secreto de Fátima.

Podemos decir que en este y en otros casos, suele ser lo habitual, la Iglesia se mantiene prudente, y en algún caso hasta censora. Por ejemplo, no cumplió en decir el tercer mensaje de Fátima en la fecha señalada por la Virgen y cuando lo reveló, no dio la versión completa, algo que debió producir gran tristeza en su primera destinataria, como así lo manifestó en la entrevista que concedió al padre Funes, allá por los años 80 del s. XX, después de lo cual se le contraloban las visitas en el convento.

En este tipo de apariciones la Virgen siempre pide oraciones, sacrificios, y arrepentimientos, así como el aumento de la fe.

Paso a detallar algunos de los casos más conocidos:

Nuestra Señora de La Salette se apareció a dos pastorcillos, los adolescentes Melania Calvat de 15 años y Maximinio Girard de 11 años el 19 de septiembre de 1846. Estas apariciones y mensajes contaron con la rápida aprobación del obispo, y los mensajes se comunicaron al Papa Pío IX; debían hacerse públicos a partir de 1858, lo que se hizo. También contenían una crítica a la institución eclesial: «¡Ay de los sacerdotes y de los consagrados a Dios que, con sus infidelidades y su mala vida, crucifican una vez más a mi hijo!».

En La Salette por ejemplo, se repitieron setenta y un años después de Fátima, los terribles eventos que ocurrirían con la llegada de la se prevé como Tercera Guerra Mundial, además del vaticinio de la llegada del Anticristo. Anuncia que: “Roma perderá su fe y se convertirá en la sede del Anticristo”. Anuncia grandes problemas y destrucción para esta ciudad así como París, y en general para muchas naciones, entre ellas, Gran Bretaña, dando por hecho que estos pueden ser los conocidos como Años de Tribulación que incluyen los Tres días de oscuridad, con una guerra general devastadora y la pérdida de vidas de una gran parte de la humanidad.

Veamos el caso de las apariciones de Fátima: el encuentro con la Virgen tuvo lugar durante seis meses, los convocó para los días 13 de cada mes, en un lugar llamado Cova da Iria, donde vieron a esta luminosa figura por primera vez sobre una encina. Solo una vez no pudieron acudir porque el alcalde de Vila Nova de Ourem, los tenía retenidos con la intención de que le manifestasen el Tercer Secreto, precisamente, ese que debía darse a conocer a partir de 1966 y que solo conocía Lucía y la Iglesia, pero que luego, llegada la fecha, no se difundieron.

A los encuentros con la Virgen acompañaban a los niños un número importante de personas. En el último estuvieron presentes setenta mil, ya que la Virgen había prometido un milagro, fue entonces cuando después de unas lluvias torrenciales, el cielo encapotado se abrió y ocurrió lo que se conoce con el nombre de “Baile del sol”, publicado al día siguiente en la prensa, incluidas las fotografías que se tomaron ese día Dada la dimensión del acontecimiento se vieron escenas de pánico, constricción y conversión, así como de recogimiento.

Los niños pedían en los encuentros curaciones y conversiones para algunas personas pero la Virgen, que sí les prometió hacer un milagro favorable a la conversión de muchos, contestaba que no podrían ser curadas o convertidas todas, porque algunoa primero tenían que pedir perdón.

Profecías de Tilly: se inscriben en la línea anterior. La Virgen fue vista por un niño desde la ventana de su clase, la describió como una figura femenina luminosa que bajó del cielo y se posó sobre un árbol de un campo cercano, en la finca Le Petit. Los niños y las monjas también vieron desde el colegio, aquella magnífica luminosidad y fueron hasta allí, pero los mensajes comenzaron a llegar cuando se presentó en el lugar una vidente de la zona como Marie Martel, nacida en Calvados, Normandía en 1872. Las revelaciones de Tilly fueron aprobadas por el Papa Pío X y por la Iglesia Romana en 1910.

El periódico de Tilly, L’Echo contabilizó veintiséis apariciones desde 1896, en que ocurrió la primera, hasta los inicios del siglo XX.

En ellas se advirtió sobre el cisma de la Iglesia, la destrucción de París, la desaparición de Inglaterra. También de una erupción volcánica en un monte de Martinica, del que la vidente ofreció el nombre, y que se cumplió muchos años después. Igual que otros videntes anteriores y contemporáneos de su época, habla de los Tres días de tinieblas, de un polvo amarillo nocivo o algo similar que caerá del cielo y de lo que vendrá después. Avanza que la República francesa caerá.

Las profecías de Fraudaïs. Estas fueron reveladas por Marie-Julie Jahenny (1880-1941). Vivió muchos años y sufrió estigmas que el doctor Imbert-Gourbyre, quien la atendía por esa época, consideró verdaderas, es decir, de origen sobrenatural. También sufría de ataques de xenoglosia, pudiendo expresar frases e iniciar conversaciones en varios idiomas que no había aprendido, pero que decía correctamente y con sentido. En sus éxtasis, algunas veces levitaba unos treinta centímetros y en ese proceso su peso era como el de una gran piedra sujeta al suelo, no se la podía levantar ni mover. Esto, que evidentemente causaba perplejidad, se repetirá en las conocidas Niñas de Garabandal en España, en los años sesenta del siglo XX. Cuando estaban en éxtasis (recomiendo ver el vídeo que dejaré al final del artículo) nadie podía moverlas, los testigos refieren que ni levantarlas, eran como piedras sujetas a la tierra, sin embargo, entre ellas si podían hacerlo. En esos éxtasis, con los rostros vueltos al cielo desde el que les hablaba la Virgen, sus caras eran ―así puede observarse en las fotografías y en algunos fotogramas de una película―de felicidad y paz, aunque estuviesen rodeadas de médicos, sacerdotes, y miles de personas.

Pero vuelvo al caso de Marie-Julie Jahenny: esta mujer refirió que Francia sufriría mucho, sería dominada por extranjeros, señaló a rusos y mahometanos, añadió que surgiría un rey. En estas revelaciones también se hace mención del futuro cisma en la Iglesia.

Como estas advertencias no se corresponden a las anteriores guerras, Xavier Reyes Ayral las considera cercanas al presente y con relación a una Tercera Guerra Mundial. Además, coinciden en el tiempo con otras revelaciones de videntes como las del libro Profetas del bosque de José María Sánchez de Toca y Catalá, que luego comentaré. Ella comenta que la «tormenta más grande» estará en Roma… Incluso habla de que llegados a esa situación la sede del papado estará vacante durante muchos meses porque el Papa huirá. Habrá muerte de sacerdotes y un tirano de origen turco-alemán gobernará en Italia.

El 6 de septiembre de 1880 dijo sobre ese futuro: «Se exigirá la supresión del toque de campanas (para las Misas) y para los entierros. Borrarán todo recuerdo de la religión primera y enseñarán la impía». Luego habla del tiempo final e indica con detalladamente las zonas de Francia que serán afectados y las que no. Llegarán noticias dolorosas de Inglaterra, Persia y Jerusalén, afirma. Esto lo manifiesta el 8 de agosto de 1882. También: el Papa será martirizado; fuerzas extranjeras dominarán tres años. Habla de los conocidos tres días de devastación (todos los videntes hablan de esto) y de cómo protegerse el cuerpo para que este polvo, que muchos interpretan quizá como una lluvia radiactiva, no toque el cuerpo. Todavía después de esto, llegará un castigo mayor y antes, habrá un aviso que servirá para poner al día las consciencias, que se manifestará como una angustia interior por los doños causados a otros, los cuales sentirán como propios, y esta clarividencia interior servirá para favorecer arrepentimientos y conversiones. (Esto también lo expresaron en su día, las niñas de Garabandel).

Entre otras apariciones que se relatan en este ensayo y que no han tenido una repercusión pública como la anteriores, está la aparición de la Virgen María en el frente de la batalla del Marne, en la Primera Guerra Mundial en Francia, en enero de 1915. Lo vieron tres divisiones del ejército alemán así como los franceses. Según el relato se apareció en medio de ese enfrentamiento una mujer que era pura luz y el 8 de enero impidió avanzar al ejército alemán. Esto facilitó el triunfo de la parte francesa. Los que sintieron esa fuerza que les impedía avanzar, soldados y oficiales heridos, un sacerdote, lo contaban a las monjas y enfermeras de los hospitales de campaña a los que habían sido trasladados, diciendo además, que sus superiores les habían prohibido hablar de ello, pero muchos de estos soldados viéndose en el final de su vida o porque simplemente necesitaban contarlo, lo dijeron. Estos testimonios se publicaron luego en el periódico Le Courier de la ciudad de Saint-Lo. Uno, describió la imagen de la Virgen, así: «una señora vestida de blanco que se volvía hacia nosotros y nos empujaba con las dos manos (…) al menos tres de nuestras divisiones vieron esta aparición». Resulta no poco curioso que en la Wikipedia, si uno busca «batalla del Marne» y sin nombrar estos hechos, dice: «La batalla del Marne» (también conocida como Milagro del Marne), porque era tal la superioridad del ejército alemán que era inconcebible que ganara el ejército de los aliados (Francia e Inglaterra). Esta cirncunstancia recuerda aquella vivida en la batalla de Lepanto.

Otro caso: el 13 de octubre de 1973, aniversario del «Milagro del sol» en Fátima, la Virgen María se apareció en Akita, Japón a una monja de nombre Agnes Sasagawa (hermana de las Esclavas Eucarísticas del Sagrado Corazón). S se produjeron 101 apariciones. Además de esto, una escultura de la Virgen realizada en madera, lloró en varias ocasiones. Esto lo vieron numerosos testigos incluido el obispo Jhon Ito, quien dio su aprobación a estos mensajes y los comunicó a Roma. Cuando el entonces cardenal Ratzinger, luego conocido como el Papa Benedicto XVI, los recibió, expresó que era lo mismo que decía el Tercer Secreto de Fátima. Por cierto, secreto del que todavía no se había ofrecido su totalidad. Un hecho en el que él también intervino. Hoy, en el lugar de las apariciones, hay una Iglesia conocida como Santuario de nuestra señora de Akita.

El libro de Xabier Reyes Ayral también recoge otra serie de apariciones como las de la Virgen del Buen Suceso, las de la Virgen María en Medjugorje, la de la Virgen del Rosario en Garabandal; también hay vaticinios recibidos por Papas, santos y místicos.

Me referiré un momento a las niñas de Garabandal, porque es dentro de lo que cabe reciente, y tres de las videntes viven. Ocurrió en San Sebastián de Garabandal, en Cantabria, España. Dejaré al término de este artículo unos enlaces donde se puede ver a las niñas en extásis y hay testimonios directos de lo acontecido.

Las niñas al inicio de estas apariciones y quizá porque se lo pidiera la gente que allí llegaba, alzaban pequeñas piedras que encontraban en su camino, por cierto, muy pedregoso y con piedras cortantes, no como está hoy en día, y se las daban a besar a la Virgen, a la que manifestaban ver por encima suyo. Cuando acababan estos éxtasis, entregaban las piedras a quienes las habían pedido. Con el paso del tiempo la gente comenzó a darles otros objetos como rosarios, cruces, medallas para que se los hicieran besar a la Virgen. Eran cientos. La gente los depositaba sobre una o más mesas. Ellas cumplían el mismo proceso que antes habían hecho con las pequeñas piedras, sin saber de quiénes eran. Y tras darlos a besar, se las puede ver elevándolos por encima de ellas, cuando finalizaban, los iban entregando a las personas a las que correspondían, algo imposible de saber por ellas mismas de una manera normal.

El libro termina con una Conclusión en la que se relaciona lo que sucede actualmente en Francia, por ejemplo, con el alto número de inmigrantes más un gobierno en crisis, y con lo que pueda pasar en un futuro, teniendo en cuenta, además, lo que ocurre en el resto de Europa.

 

LOS PROFETAS DEL BOSQUE ―Vaticinios sobre el destino de Europa según la tradición popular centroeuropea―

Autor: JOSÉ MARÍA SÁNCHEZ DE TOCA Y CATALÁ

 



El libro se publicó en 2002. El autor, José María Sánchez de Toca y Catalá (1942-2020), escritor, General de Brigada, Doctor en Historia, ha sido el recopilador de esta interesante documentación, poco conocida en España. Recoge las visiones y profecías de más de 75 videntes, desde el medioevo hasta nuestros días, incluyendo la conjetura de Spengler: «el final de una civilización está marcado por tres grandes guerras», algo con lo que otros no están de acuerdo.

Muchos de estos testimonios, escritos en pergamino o papel son anónimos, comentados por personas humildes, por ejemplo, pastor, labrador, zapatero, rabdomante, carretero, sencillas mujeres del pueblo, algunos sacerdotes, monjas, ermitaños, una condesa, un pintor, un médico. Treinta y tres de estos testimonios son anónimos, y la mayoría son masculinos y laicos.

Entre los nombres más conocidos encontramos al pintor y grabador Alberto Durero, quien dejó testimonio de una visión, una posible catástrofe que le horrorizó y decidió dejarla pintada y escrita o Paracelso, el médico, alquimista y astrólogo suizo. También aparece al poeta Brentano, quien además ayudó a la recopilación de las visiones de Ana Catalina Emmeric (1774-1824).

Estos videntes no dieron sus avisos por publicidad o dinero sino por necesidad de comunicarlos, como bien indica José María.

Sobre estos mensajeros, llamados en alemán «Hellseher» («el que ve visiones»), dice: «Me inclino a creer que son lo que parece que son, es decir, vaticinios involuntarios de gente de buena voluntad». Algo que bien podrían corroborar los mismos portadores de los mensajes, ya que no es algo sobre lo que los videntes puedan ejercer dominio. No es algo buscado, sino algo que les llega. El autor, añade: «No sé cómo se han originado, ni de dónde proceden en última instancia, ni por qué se producen. No sé si son profecías o no; profecía es una palabra muy seria sobre la que no me corresponde opinar». Creo que los «Hellseher» también estarían de acuerdo con esto. Muchas veces fallan en las fechas, esto es bastante común, pero rara vez en los hechos.

El ensayo acierta al señalar que aunque se repitan en las visiones algunos patrones como el de los tres acontecimientos o tres guerras, las dificultades por las que pasarán el poder político y religioso, las destrucciones de algunas ciudades, la descripción del lugar de Europa dónde se desarrollará la última batalla, cuándo comenzará la tribulación, y el resto de vaticinios, unos con otros se complementan. No es que todos digan lo mismo, sino que llegan a lo mismo. Y si los comparamos con las visiones marianas antes comentadas, se puede asegurar que también.

En muchos casos, teniendo en cuenta la época, ni siquiera eran totalmente comprendidos por los propios receptores del mensaje. Por ejemplo, cita al padre Norbert Backmund, quien recogiendo tradiciones bávaras, escuchó decir a hombres adultos predicciones que sus mayores les habían repetido cuando eran niños, como «los rojos vienen del Este», pero como explica el autor, sin saber qué podía representar la palabra «rojos» ni por qué ni para qué vendrían de ese sitio, realmente no sabían que estaban diciendo, pero por la misma esencia que da a luz el mensajero, se sentían en la obligación de repetirlo.

En última instancia, estas y las anteriores visiones o profecías nos muestran una lucha entre el bien y el mal y sus consecuencias.

Aprovecho para dejar más abajo el enlace a una reseña sobre otra obra de José María Sánchez de Toca y Catalá, que espero leer muy pronto: La profetas de la Piel de Toro.



COMENTARIO A RAÍZ DE AMBAS LECTURAS:

 

Decía Pascal en sus Pensamientos que cuando tenemos dudas, cuando uno cree estar perdiendo la fe, es la existencia de los milagros la que nos salva.

El conocimiento intuitivo permite conocer y percibir hechos, a distancia, al mismo tiempo o incluso anticipadamente. Estos testimonios abundan en los libros religiosos, por ejemplo, las revelaciones a través de sueños o las precogniciones, estas últimas también llamadas: premoniciones o presciencias, a través de las cuales se perciben hechos que sucederán en el futuro. Son muchas en el Antiguo Testamento, por ejemplo, Daniel y el sueño de Nabucodonosor y también en el Nuevo. Tenemos al arcángel Gabriel que anuncia a María su concepción; luego el ángel que alerta en sueños a José para que se marchen de Belén por la persecución de Herodes. No siempre hay intermediarios, simplemente, la persona siente esa información. Y en la literatura clásica, en las leyendas, sobran ejemplos.

Pienso en escritores como Victor Hugo. Su interés por estos temas fue importante, especialmente tras la muerte de su hija. O en William Yeats. Tengo un libro suyo, Poesía y Teatro, publicado por la editorial Orbis en 1983 al que añadieron tres ensayos. Me voy a referir al primero de ellos, titulado: Magia, en donde afirma, que «los límites de nuestra mente se hallan en un estado de fluidez constante y que muchas mentes pueden, como si dijéramos, fusionarse para crear o revelar una mente única, una energía única», dice también que «los límites de nuestros recuerdos» se hallan en una situación similar y nuestras memorias «forman parte de una inmensa memoria, la de la Naturaleza misma» siendo posible «evocar por medio de símbolos esta mente superior o esta memoria superior». Sin duda, este ensayo revela sus búsquedas de conocimiento en estos temas, así como sus lecturas.

Los más importantes músicos eran conscientes de ser intermediarios de algo superior a ellos y así lo manifestaban. Ante su grandeza, eran humildes. Se sorprendían de sus propias composiciones; las agradecían, no dudaban en comunicar esta experiencia a los demás, por ejemplo, Haendel con respecto a su Mesías, o Beethoven con la Novena Sinfonía. Sabemos que algunos acostumbraban rezar el rosario. Los ejemplos son muchos, tal es el caso de Johann Sebastián Bach, quien firmaba sus composiciones con las iniciales «S.D.G.» (Soli Deo Gloria), es decir, «Solo para gloria de Dios»; otros expresaban su agradecimiento de manera similar.

Desde la física cuántica se está llegando a convicciones similares y, por tanto, hay un acercamiento, una comprensión de lo trascendente, por tanto, de lo espiritual y lo religioso.

No sé si alguien lo está estudiando, para ello debería darse un caso, pero sería interesante comprender aspectos físicos que se producen en el ambiente durante las apariciones. Por ejemplo, el padre de Lucía de Fátima refirió cómo un momento antes de las apariciones se enfriaba el ambiente, se producía un gran ruido, como un trueno, y se escuchaba algo parecido a un sonido como de moscardones encerrados en un recipiente, y también y al mismo tiempo una poderosa luz iluminaba y aclaraba el ambiente, esto al margen de lo que pudieran estar percibiendo los niños.

También el padre de una de las niñas de Garabandal, se apercibió del enfriamiento del ambiente antes de las apariciones.

Sin duda, parecería interesante que en el lugar en que se den estos hechos, la ciencia estudiase estos fenómenos físicos.

Además de lo dicho, quisiera por último llamar la atención sobre lo que se conoce como ECM o «Experiencia cercana a la muerte». Estas experiencias cambian la vida de las personas que vuelven a la vida. Son muchos los estudios que se realizan en la actualidad sobre lo que llaman conciencia local y conciencia externa o supraconciencia. Hay un grupo numeroso de hospitales y clínicas en el mundo que sigue actualmente un protocolo común para registrar estos casos. Para quienes tengan interés en estos temas dejo enlaces de entrevistas a los doctores Lola Aparicio, Luján Comas, José Morales, Manuel Sans Segarra.

En suma: ¿es la vida un arcano? Sin duda, lo es. Es un gran misterio como el Universo y, por supuesto, es más lo que no sabemos que lo que sabemos.



Referencias:


Los autores:

JoséMaría Sánchez de Toca y Catalá.

XavierReyes Ayral 


Los libros:

Sánchez de Cota y Catalá, José María. Los profetas del bosque. Ediciones Corona Bolearis. Málaga, 2004, 360 páginas.

Reyes Ayral, Xavier. Revelaciones. Austin Macauley Publishers, New York, 2025, 569 páginas.


Foto inicial: fotogramas de la película The Truman Show.


Artículos de interés:

La decadencia de Occidente de Oswald Spengler. La actualidad de un clásico.

Reseña de Los profetas de la piel de toro

Las teorías físicas


 

Vídeos

Garabandal.Catarata imparable. Película completa

¿Hay vida después de la muerte? Entrevista a la doctora Luján Comas. Presidenta de la Fundación ICLOBY

Doctor Manuel Sans Segarra: el 80% de las personas que van a morir ven a susseres queridos ya fallecidos.

El doctor José Morales explica su ECR (Experiencia cercana a la muerte)

Vida después de la muerte: un físico explica paso a paso

La existencia de la supraconciencia y la cuántica. Doctores Segarra y Alex Gómez Marían

Dr. Segarra: Dios existe y la ciencia lo sabe

Dra. Lola Aparicio: «El final es el principio»



Película:

Sin oxígeno (2025). Director: Alex Parkinson.


Novela

El último secreto Dan Brown (Nota: deduzco que toca el tema de la conciencia externa, por lo que he podido informarme a través de la lectura de una entrevista, pero no he leído el libro).



miércoles, 1 de octubre de 2025

RYSZARD KAPUSCINSKI: LOS CINCO SENTIDOS DEL PERIODISMO

 


Pilar Alberdi

 

Leo del escritor y periodista polaco Ryszard Kapuscinski, fallecido en 2007: Los cinco sentidos del periodista. Estos cinco sentidos son: «estar, ver, oír, compartir, pensar». La obra fue publicada en España por la editorial Anagrama en 1994.

A veces, cuando leo a algunos autores, como es el caso de este sincero periodista, me sorprendo al comprobar cuánto y cómo de bien percibían el momento social e histórico de su época, y, al cabo, de la nuestra, pues tal es su continuidad.

Ryszard Kapuscinski (1932-2007) desarrolló la mayor parte de su labor periodística como «corresponsal de guerra». Aunque asume que aquello era estar a disposición de los sucesos las 24 horas también le permitía estar atento a la realidad, investigar, conocer un país, escribir, tomar notas. Pero, casi de improviso sucedió que, si antes los corresponsales de guerra eran muy necesarios, con la llegada de las nuevas tecnologías, no era el caso. En el pasado, es decir, hace unas décadas, ser un buen corresponsal de guerra en una zona determinada, suponía tener fuentes de información seguras obtenidas a través del tiempo residiendo en el país o la región de trabajo habitual del periodista. Ese tipo de investigación facilitaba además,la realización de una crónica más elaborada y ensayística, frente a un trabajo periodístico rutinario y con fecha de entrega. Además, era propio de su labor investigativa decidir qué temas eran importantes, proponerlos y explicar por qué era necesario desarrollarlos.

Sin embargo, llegó un momento en que todo cambió y como la información se podía conseguir fácilmente por Internet, ya no importaba tanto de dónde salía o quién la proveía, es decir, cuando la procedencia de la fuente de información dejó de tener valor, en este caso el periodista en la zona del conflicto, el corresponsal de guerra, tal como fue conocido, comenzó a desaparecer de escena.

Dice, Kapuscinski: «El desarrollo de las técnicas de comunicación ―sobre todo la telefonía móvil y el correo electrónico cambiaron radicalmente las relaciones entre los trabajadores de los medios y sus jefes». ¿Qué ocurrió entonces? Ya no preocupaba la verdad sino si la noticia era «interesante», que era como preguntar: ¿es mejor la tuya que la de los demás, llama más la atención? La verdad, aquella que buscaba el periodista, y de la que intentaba dar testimonio, también parecía estar a punto de desaparecer de escena.

En sus propias palabras: «Hoy, al cronista que llega de hacer una cobertura su jefe no le pregunta si la noticia que trae es verdadera, sino si es interesante y si la puede vender. Este es el cambio más profundo en el periodismo; el remplazo de una ética por otra». De este modo, lo interesante, lo llamativo, lo vulgar, lo escandaloso, la mentira ha reemplazado a lo verdadero. Lo terrible de esto es que estamos hablando de una época posmoralista, la nuestra, donde impera la posverdad, y vale más lo que se vende bien que la verdad. La verdad, si uno la quiere para sí, la tiene que buscar y mucho ha de investigar antes de hallarla.

Otros cambios que señala Ryszard Kapuscinski es la de la competencia entre medios, de lo que uno habla, habla el otro: «actúan como una banda», «cada uno mira al otro y ninguno mira al mundo». Además, en ese tiempo el furor del «globalismo», comenzaba a mostrar su lado oscuro: la desindustrialización y la deslocalización de empresas, aunque todavía seguía en boga el concepto de «aldea global», tan repetido por aquellos tiempos, mientras el periodismo se volvía superficial en unos medios cada vez más poderosos que incluían no solo la posesión de periódicos, sino de radios y televisiones; constituyéndose en verdaderos imperios de la comunicación. De tal modo, que lograban que una noticia ocupase todo el espacio audiovisual mientras otras quedaban al margen. Por ejemplo, habla del caso de la «crisis de los rehenes en Teherán» y como hubo allí, concentrados durante largo tiempo, numerosos medios periodísticos; mientras el resto de noticias del mundo, entre las cuales podían haber algunas importantes, se perdían en el cúmulo de sucesos diarios.

Hombre inteligente, Kapuscinski señaló cómo el «globalismo» solo beneficiaría a los estados con las economías más fuertes, mientras al resto les haría poco favor.

«Todo lo que escribo está precedido de enormes lecturas», dirá. El periodista se siente en la obligación de saber más que sus lectores, aunque reconoce que: «Una gran parte de la humanidad no tiene ambiciones intelectuales, sino que aspira a pasar su vida más o menos de buen modo. Esa gente desea divertirse, y esto no se les puede negar». Pero para él, el buen periodismo pasaba por instruirse, y también en leer poesía para mejorar el estilo.

Frente a la falta de lecturas de la gente, le preocupaba el papel que estaba jugando el cine, ya que como señaló el alemán Rudolf Arnheim en su libro El cine como arte: «la gente confunde el mundo generado por las sensaciones con el mundo creado por el pensamiento, y cree que ver es lo mismo que entender. Sin embargo, no es así». Esta aclaración me parece fundamental.

Kapuscinski se consideraba en la línea de un Nuevo periodismo, el cual ya no luchaba en las democracias vigentes contra la censura (algo propio de las dictaduras), sino contra una cierta «manipulación sutil», precisamente aquella, que valoraba más una noticia que pudiese llamar la atención que otra que mostrase la verdad. «En esta profesión ―dirá― se perdió algo tan central como el orgullo de lo personal. De aquello que implicaba también la responsabilidad del periodista por su trabajo: el hombre que pone su nombre en un texto, se siente responsable de lo que escribió». Así es. Y el periodista que no lo pone evidentemente se deja llevar por lo que le imponen.+



Referencias:

Kapucinski. Ryszard. Los cinco sentidos del periodismo. Anagrama. Barcelona, 1994.