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domingo, 8 de junio de 2025

WALTER BENJAMIN: TESIS SOBRE LA HISTORIA

 

Pilar Alberdi

 

ENSAYO SOBRE EL CONCEPTO DE HISTORIA DE WALTER BENJAMÍN

 

A modo de introducción:

Walter Benjamin (1892-1940) fue un eminente filósofo, sociólogo, crítico literario y traductor alemán de origen judío que desarrolló su tarea intelectual en el siglo XX.

El presente artículo trata sobre su Tesis sobre la historia, una obra fundamental escrita en 1939-1940 antes de su huida de Francia por la invasión nazi. Su detención por la policía franquista en Port-Bou y su temor a ser entregado a la gestapo, le llevó a suicidarse, pero copias de la obra habían sido entregadas a varios amigos. Benjamín no estaba de acuerdo con una definición universal de historia que olvidase a las víctimas.

Finalmente, será la copia recibida por la filósofa Hannah Arendt la que Adorno publicará en composición mimiográfica, y en edición reducida dentro de las publicaciones del Instituto para la investigación social, con sede en Nueva York.

Las Tesis sobre la Historia

Para Michael Löwy, en su importante libro Walter Benjamin Aviso de incendio, el pensamiento del filósofo se basaba de manera esencial en el «romanticismo alemán», el «mesianismo judío» y el «marxismo». En el fondo ―explica―, las tres posturas representan una crítica a la sociedad moderna y sus valores capitalistas.

Igual que otros intelectuales de ascendencia judía, por ejemplo, Erich Bloch, Gertrude Stein, Theodor Adorno, Max Horkheimer, Hannah Arendt, Günter Anders, George Luckàs, y tantos más como Sigmund Freud, Henri Bergson, Lev Shestov, Edmund Husserl, Rosa de Luxemburgo, Martín Buber, todos ellos podían sentirse dentro y fuera del sistema, en la frontera, por lo que podían aportar y lo hicieron, una mirada crítica.

Benjamin fue un claro exponente de la lucha «contra las ideologías de progreso infinito». Para Löwy, las tesis recibieron el juicio de tres escuelas de interpretación: la «Escuela materialista» encabezada por su amigo Bertolt Brecht, que le consideraba un marxista; la «Escuela teológica», que lo consideraba un teólogo, aquí el principal representante es su amigo Gershom Scholen, y la tercera, la «Escuela de la contradicción» de J. Habermas y R. Tiedemann, quienes se inclinan por conciliar «marxismo y teología judía, materialismo y mesianismo» en Benjamin. Una tarea imposible en estimación de Löwy, quien piensa que las tres escuelas anteriores están equivocadas, razón por la que aporta una cuarta opción, considerando a Walter Benjamin, única y exclusivamente «marxista y teólogo», al mismo tiempo.

Dicho lo anterior, pasaré a analizar algunas de las tesis y conceptos.

Primera tesis: presenta la historia de un autómata, jugador de ajedrez, que colocado frente a una mesa gana a todos sus oponentes. Puede hacerlo mágicamente porque la mesa está construida de tal manera que no se ve a la persona que está en el interior del aparato.

La alegoría presentada por Benjamin está basada en un cuento de Poe titulado: “El jugador de ajedrez de Maelzel”.

Walter Benjamín afirma: «Podemos imaginar en filosofía una réplica de ese aparato, donde el muñeco, será el “materialismo histórico” y ganará siempre que tome a su servicio a la teología, que tal y como indican las palabras de la tesis, es «hoy, como es sabido, pequeña y fea y que, por lo demás, ya no puede mostrarse». No puede mostrarse porque no estaba bien valorada en su época y menos aún ahora.

Desde mi punto de vista, lo que está diciendo claramente el filósofo, es que los partidos políticos convertidos en religiones secularizadas pueden ganar esa partida, y en el caso del materialismo histórico más, si se lo proponen, la de traer al recuerdo las batallas perdidas por los desposeídos, perjudicados, asesinados, es decir, ese conjunto de humillados a los que la Historia oficial de los ganadores acostumbra a dejar a un lado cubriéndolos simplemente con el olvido

Lo que también está señalando Benjamín es que el fondo trascendente sigue existiendo, pese al «desencantamiento del mundo» (Max Weber) y por eso puede seguir operando.

Como podemos apreciar tras la lectura de esta primera tesis, lo teológico en Benjamin remite de manera especial a dos conceptos: el de «rememoración» y el de «mesianismo». Será en la segunda tesis donde se hablará de redención.

Segunda Tesis. Dice Benjamín: «Uno de los rasgos más sorprendentes del alma humana, junto a tanto egoísmo en el detalle, es que el presente, en general carece de codicia en cuanto a su futuro». (…) El pasado trae consigo un índice secreto que lo remite a la redención».

Esta tesis, intenta rescatar del olvido a las víctimas del pasado. ¿Si religiosamente ya no se puede esperar, por ejemplo, a un Día del Juicio Final, ¿qué justicia se hará? ¿No recibir justicia es quedar fuera del tiempo? Benjamin apela a la reflexión, mientras observa cómo la generación (de ganadores) que lo rodea, no mira alrededor, no tiene preguntas ni busca respuestas y ni siquiera mira al pasado con atención, y ni tan siquiera al futuro. A este, simplemente, lo deja aparecer, lo ve llegar, y no hace nada para cambiarlo. Resultado: el ciudadano medio actual vive entregado al conformismo y al nihilismo.

Tercera Tesis: evidentemente es una continuación de la segunda, ya que vuelve a recordar que nada debe ser olvidado. «De todo lo que sucedió alguna vez, nada debe considerarse perdido para la Historia. Es cierto: solo a la humanidad redimida pertenece su pasado».

Pero lo que ocurre es que en la «teología política» (de la época de Benjamín así como en la nuestra), esta teología no tiene respuesta, nadie se hace responsable universalmente de las víctimas, y la «teología religiosa», tampoco puede hacerlo, porque su reino, en última instancia no es de este mundo.

Algunos conceptos esenciales de las Tesis sobre la historia.

Rememoración: fundamental para recordar lo que sucedió, para hacer justicia a las víctimas olvidadas del pasado. Apelación a la memoria para reconstituir el orden y la justicia.

Mesianismo, se trata de una fuerza capaz de una transformación ejemplar impulsada por la esperanza y la confianza en un futuro mejor, más humano, en donde la justicia tenga lugar como apocatástasis o retorno de todas las cosas o de cualquiera de ellas a su primitivo punto de partida, si ello fuera necesario. (Por ejemplo, en el cristianismo está representada en frases como: «Los últimos serán los primeros». En política, la dimensión utópico revolucionaría es la propia del materialismo histórico.

Redención: puede surgir porque esa llegada de un factor salvador, hacedor de justicia universal (según las religiones del Libro), liberador (según la política) traerá la redención, es decir, la justicia a los parias, los oprimidos, etcétera. Pero, escribió Benjamin: «Para que la redención pueda producirse es necesaria la reparación», una especie de reparación colectiva», un «reconocimiento» de la víctima. También advierte insistentemente en que la generación que no acepte recibir este mensaje puede tener dificultad para sobrevivir a su presente, por una simple razón, dado que ya no reconoce a las víctimas del pasado, ni a las del presente, es incapaz de imaginar las futuras, entre las que podría estar.

Creo que eso es de lo que alertaba Jean Braudillard cuando escribió «La guerra del golfo no ha tenido lugar», aunque la mayoría la estaba viendo por la televisión. Y es lo que está pasando en Gaza (Palestina), actualmente, cuando la mayoría ve ese genocidio en vídeos a través de sus teléfonos móviles y nada se soluciona.

En la tesis VI indicará de un modo visiblemente teológico y emancipador: «El Mesías no viene solo como redentor, viene también como vencedor del anticristo». Como podemos apreciar, Benjamin ofrece una posición contraria a la concepción historicista positivista, así como al historiador neutral, propio de algunos manuales de historia que se limitan a repetir el discurso de turno. En resumen, su lectura deja un enorme pozo de reflexión, necesario y fundamental.

 

Bibliografía:

BENJAMIN, Walter. “Tesis de filosofía de la historia”. En BENJAMIN, Walter (1989). Discursos interrumpidos I. Jesús Aguirre (trad.) Buenos Aires: Taurús, pp. 175-191

LÖWY, Michael (2002). Walter Benjamin. Aviso de incendio. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica,

pp. 11-46

 

Nota: Puedes escuchar el artículo en la voz de Carmen Adso en el siguiente enlace.