Se ha ido Ana María Matute, pero nos queda su literatura en donde realidad y fantasía se unen de un modo casi mágico, otorgando a la fantasía su parte de realidad y a esta un hado que la hace especialmente sensible. Siempre encomiable, sin duda, ese entramado de emociones y sentimientos en los personajes infantiles de sus obras. Como ella dijo: «La infancia es la etapa más larga de la vida», aquella en la que sin duda, la vida nos convierte en escritores al enfrentarnos al mundo.
Hoy, tomo prestadas una foto de la autora y un enlace a un cuento, ambos prsentes a través de otros medios en Internet, para rendirle este pequeño homenaje, este adiós que quiere ser un hasta luego.
Enlace al relato breve:El niño al que se le murió el amigo
Un precioso homenaje a esta maravillosa escritora. El cuento es todo un exquisito disfrute. Gracias por traerlo. Cuantas "Matutes" hacen falta para cubrir este mundo de magia...
ResponderEliminarUn saludo, Pilar :)
Muchas, sin duda, muchas "Matutes" hacen falta. Gracias por tus palabras y por tu lectura.
ResponderEliminarUn abrazo.